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Diseña el Cambio. TEMA: Sentimos que nuestros alumnos no tienen buenos hábitos alimenticios y esto afecta a su salud.
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Diseña el Cambio TEMA: Sentimos que nuestros alumnos no tienen buenos hábitos alimenticios y esto afecta a su salud. CONOCE: Toma en cuenta que un estilo de vida poco saludable, ocasiona afecciones en la salud (sobrepeso, obesidad) desórdenes digestivos y puede ocasionar trastornos emocionales. IMAGINA: Diseña la solución Solicitar a una nutrióloga para que oriente a los padres sobre como preparar alimentos nutritivos. Propiciar información a través de una reunión con padres sobre una nutrición saludable en el hogar. Sugerencias para la promoción de la activación física en el hogar. Darles a conocer los beneficios de hacer ejercicio. Conocer el plato del buen comer y la jarra del buen beber.
ESTRATEGIAS: Reunión con padres de familia Intercambio de recetas Función de títeres. Organizar refrigerios nutritivos. Situación con niños sobre alimentación. REUNIÓN CON PADRES DÍA 4 DE NOVIEMBRE Plática nutrióloga sobre hábitos alimenticios. Conozcan los grupos alimenticios. Dar a conocer el plato del buen comer y la jarra del buen beber. Conocer los beneficios de hacer ejercicio. Sugerencias para hacer activación física. Folleto de activación física.
1ª. SESIÓN Tips para tener una buena alimentación (dar importancia al desayuno ya que es el más importante). Tabla con variedad de alimentos para las 5 comidas, basadas en los grupos alimenticios. Elaboración de menú con participación de padres tomando en cuenta a los niños. Distinguir alimentos saludables de alimentos chatarra. Intercambio de recetas nutritivas. 2ª. SESIÓN Dar a conocer sugerencias para la promoción de la actividad física. Consideraciones antes de empezar un programa de ejercicio (recomendaciones). Planificar un programa de ejercicio adecuado a necesidades de salud. Dinámicas “Actívate, escoge lo que más te guste”.
OBESIDAD ANTECEDENTES HISTÓRICOS Históricamente, nuestro principal problema de salud relacionado con la nutrición hasta principios y mediados del siglo pasado era la desnutrición. Hoy en día, aunque éste continúa siendo un grave problema, ya que se encuentra entre las primeras cinco causas de mortalidad infantil, el sobrepeso y la obesidad van en franco ascenso. Esta situación se ha relacionado con cambios demográficos. Antes, la población rural del país era del 75 al 80% del total y la urbana era solo del 20 al 25%. Si embargo, para la mitad del siglo XX estas condiciones se habían invertido y cuando mucho el 20% de los habitantes del país viven actualmente en zonas rurales. Entre los cambios observados en nuestro país por la “globalización” y que pueden tener una connotación negativa en los habitantes, están aquellos asociados con la dieta, ya que se ha observado en las últimas décadas que la población mexicana está teniendo una modificación en sus patrones de alimentación, caracterizada por un consumo creciente de alimentos ricos en colesterol, grasas saturadas, azúcares y sodio. En México, la cultura alimentaria tiene un amplio mosaico de expresiones regionales y locales. No obstante, en la actualidad nuestra tendencia a la homogeneización debido a la estigmatización que se ha hecho de la comida mexicana y la promoción de la comida industrial constituida como símbolo de abundancia.
El modelo alimentario industrial que se propone a través de la publicidad, rompe el vínculo cultural entre el lugar y el alimento. Estos pierden su fijeza a los territorios, no hay arraigo ni oposición entre lo propio y lo extranjero. Lo que propicia una identidad alimentaria dependiente. Lo anterior produce el paso de la cocina tradicional, constituida por platillos típicos diversos, ligados a la capacidad de autoabastecimiento, a la cocina industrial homogénea, extranjera y rápida. La elevada disponibilidad de los alimentos que se obtienen en forma por demás sencilla, aunada a la pobre actividad física, nos distancian mucho del individuo de otras épocas que requería de la caza, pesca o actividades agrícolas para obtener su comida. Por otro lado, en México hemos pasado abruptamente por un proceso en el cual se ha dejado de practicar la lactancia materna hasta los seis meses de vida, debido en cierta medida a la incorporación de las mujeres en la fuerza de trabajo. La organización Mundial de la Salud recomienda que los niños sean alimentados únicamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida. La evidencia científica demuestra que recibir alimentación del pecho materno disminuye el riesgo de obesidad en la edad adulta y que las madres tienen menor riesgo de sufrir sobrepeso luego del embarazo. Sin embrago la lactancia materna exclusiva es practicada por un porcentaje sumamente bajo de madres. Los niños tampoco se han escapado de los males de la urbanización. Los reducidos espacios de vivienda y los pocos sitos dedicados a la actividad física que se observan en las grandes ciudades, donde se concentra la mayoría de la población, impiden que nuestros pequeños practiquen la actividad física indispensable.
Por último, pero no menos importante como factor se sobrepeso, cabe señalar que el ambiente de agresividad e inseguridad que se vive en las zonas periféricas urbana impide que la población practique ejercicios físicos en forma sistemática. Además, los habitantes de dichas colonias suelen recibir menos información sobre los beneficios del ejercicio para la salud y el mejoramiento de la calidad de vida. CAUSAS DE LA ENFERMEDAD En la mayoría de los casos, el sobrepeso y la obesidad se producen por una falla en el balance energético, es decir, la energía que se ingiere en los alimentos debe ser igual a la que se gasta en funciones como respirar, pensar, jugar o practicar un deporte. Un estilo de vida poco activo. Es que la gente pasa muchas horas viendo la televisión o frente a la computadora. De hecho, pasar más de dos horas diarias viendo el televisor con regularidad se ha asociado con el sobrepeso y la obesidad. Las personas poco activas tiene más probabilidades de subir de peso porque no “queman” las calorías que consumen en los alimentos y bebidas. Un estilo de vida sedentario eleva el riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias, hipertensión, diabetes, cáncer y otros problemas de salud. Medio ambiente. Nuestro medio ambiente no siempre contribuye a que tengamos hábitos saludables. Esto se debe a razones como: La falta de aceras en las colonias y de lugares seguros de recreación. Los horarios de trabajo no permiten tener tiempo para hacer ejercicio. Las raciones extragrandes de comida que sirven en restaurantes, supermercados y en nuestro propios hogares.
Antecedentes familiares. Se ha demostrado que los genes tienen mucha influencia en el peso de una persona. El sobrepeso y la obesidad tienden a ser hereditarios. Como las familias también comparten hábitos en cuanto a la alimentación y el ejercicio, existe una relación entre los genes y el medio ambiente. Afecciones de salud. Algunos problemas hormonales también pueden causar sobrepeso y obesidad, entre ellos el hipotiroidismo (actividad baja de la glándula tiroides), el síndrome de Cushing y el síndrome del ovario poliquístico. Ingesta de Medicinas. Ciertos medicamentos pueden provocar un aumento de peso. Entre ellos algunos corticoesteroides, antidepresivos y anticonvulsivantes. Hábito de Fumar. Algunas personas aumentan de peso cuando dejan de fumar. Una razón sencilla es que los alimentos a menudo saben y huelen mejor. Otra explicación es que la nicotina aumenta la velocidad a la que el cuerpo “quema” las calorías. Fumar representa un grave riesgo para la salud y dejar de hacerlo es más importante que la posibilidad de aumentar de peso. La edad. En mujeres de edad madura la menopausia interviene. Muchas aumentan más de 2 kilogramos durante este lapso en sus vidas y tienen más grasa alrededor de al cintura que la que tenían antes. Factores emocionales. Algunas persona comen más de lo acostumbrado cuando están aburridas, enojadas o estresadas, pero con el tiempo el comer en exceso conducirá a un aumento de peso. Embarazo. Durante la gestación, la futura mamá aumenta de peso para que el bebé reciba los nutrientes necesarios y se desarrolle normalmente. Después del parto a algunas mujeres les cuesta trabajo disminuir su masa corporal.
TRASTORNOS ASOCIADOS De los diez factores de riesgo identificados por la Organización Mundial de la Salud como claves para el desarrollo de las enfermedades crónicas, cinco de ellas están estrechamente relacionados con la alimentación poco saludable y la disminución del ejercicio físico. Un gran número de condiciones médicas han sido asociadas con la obesidad. A continuación mencionaremos algunas de ellas: Enfermedades del corazón y cerebro-vasculares. Trastornos del sistema respiratorio. Desórdenes digestivos. Alteraciones en la mujer. Afecciones en el hombre. Trastornos músculo – esqueléticos. Cáncer. Alteraciones metabólicas e hipertensión arterial. Salud mental y calidad de vida. EL PAPEL DE LOS PADRES Está demostrado que si la obesidad de un niño no se trata a tiempo, es probable que la sufra cuando sea un adulto. ¿Porqué debemos prevenir la obesidad en nuestros hijos? Porque es una enfermedad crónica y como tal está asociada a la aparición y desarrollo de diversas patologías, como hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, problemas articulares y depresión.
Porquéla obesidad tiene consecuencias sobre la salud física del niño: le puede provocar problemas motrices, dificultad para respirar, trastornos cutáneos, etc. además el sobrepeso hace más probable que sufra diabetes, trastornos cardiovasculares (hipertensión, dislipidemias o alternación de niveles de colesterol y triglicéridos). Porque la obesidad tiene consecuencias sobre la salud emocional del niño: baja autoestima, aislamiento social, discriminación e incluso patrones anormales de la conducta que le pueden facilitar, junto con otros factores, a desarrollar bullimia o anorexia. ¿Qué podemos hacer? El fomento de las dietas saludables y la actividad física regular son factores esenciales en la lucha contra la epidemia de obesidad infantil. Los padres pueden influir en el comportamiento de sus hijos poniendo a su disposición en el hogar bebidas y alimentos saludables, apoyando y alentando la práctica del juego y el ejercicio. Al mismo tiempo se recomienda a los padres que tengan un estilo de vida saludable y lo fomenten. Los hábitos alimenticios, gustos y preferencias que tenemos hacia determinados alimentos, así como los rechazos que sentimos hacia otros y hasta caprichos, todo esto lo reflejan nuestro pequeños en su comportamiento hacia su alimentación. Los padres somos quienes decidimos qué se compra y qué alimentos hay en casa, además de darles dinero para que se compren chucherías o refrescos, por ello, enseñarles la forma más sana de alimentarse requiere de paciencia, esfuerzo y dedicación, que en muchos caso comienza cuando nosotros mismos aprendemos sobre conceptos básicos de alimentación y nutrición.
SUGERENCIAS PARA LA PROMOCIÓN DE UNA NUTRICIÓN SALUDABLE EN EL HOGAR Para los lactantes y niños pequeños: Darles exclusivamente leche materna durante los primeros 6 meses de vida. Evitar añadir azúcar en la leche de los niños. Aceptar la capacidad del niño para regular su propia ingesta de calorías, en vez de obligarlo a terminar el plato. Garantizar la ingesta necesaria de vitaminas y minerales para fomentar un crecimiento óptimo. Para niños y adolescentes: Darles un desayuno saludable antes de que vayan a la escuela. Prepararles una ponchera saludable que incluya frutas, verduras y cereales integrales. Fomentar la ingesta de frutas y verduras en casa. Reducir la ingesta de alimentos ricos en calorías y pobres en micronutrientes (refrigerios industrializados). Restringir el consumo de bebidas azucaradas, como refrescos y jugos envasados. Hacer lo posible porque las comidas se hagan en familia. Proporcionarles información y aptitudes para que puedan elegir opciones alimentarias más saludables. Sugerencias para la promoción de la actividad física en el hogar: Reducir el tiempo de inactividad que pasan viendo televisión o frente a la computadora. Alentar la ida a la escuela y a otros lugares a pie o en bicicleta, mientras la seguridad lo permita. Integrar la actividad física en las rutinas de la familia, buscando tiempo para hacer paseos o participar juntos en juegos activos.
BENEFICIOS DEL EJERCICIO El ejercicio contribuye a disfrutar de la vida con mayor plenitud y no cabe duda que practicarlo de manera regular ofrece una serie de posibilidades para “verse y sentirse mejor”. Estos son algunos de los beneficios que la actividad física contribuye para optimizar la calidad de vida de las personas: Aumenta la resistencia a la fatiga e incrementa la capacidad para el trabajo físico y mental. Ayuda a combatir la ansiedad, la depresión y el estrés mental, así como a mejorar la capacidad para conciliar el sueño. Ofrece mayor energía para las actividades diarias. Tonifica los músculos e incrementa su fuerza. Contribuye a la pérdida de peso cuando esto es necesario. Mejora el funcionamiento de las articulaciones. Provee de manera sencilla para compartir actividades con la familia. Se han comprobado efectos benéficos del ejercicio sobre la conservación de la densidad de los huesos, con un alto impacto en la prevención de la osteoporosis. Diferentes dolores articulares y musculares se ven aliviados por sesiones especiales, además la vida activa previene la aparición de este tipo de molestias. La actividad física es una herramienta fundamental en la prevención y el tratamiento de la diabetes, debido a que mejora la sensibilidad de la insulina, es decir, nos ayuda a que esta hormona que produce el páncreas trabaje mejor. Por otra parte es un elemento indiscutible en la terapéutica de la hipertensión arterial, debido a que aumenta la capacidad de las arterias para conducir la sangre. Por ello, contribuye a disminuir las cifras de la presión sanguínea y previene la enfermedad vascular coronaria.
¿Cuánto ejercicio debo hacer? Para planificar un programa, es necesario tener en cuenta el tipo del ejercicio, la intensidad, la duración y la frecuencia semanal que ase adoptarán. Lo primero en una persona inactiva es comenzar a ponerse en moviendo, aunque solo lo haga pocos minutos al día. Tal vez este sea el punto más importante para iniciar un cambio en el estilo de vida. DIETA CORRECTA La dieta es el conjunto de alimentos, al natural o procesados, que se consumen en el transcurso del día y constituye la unidad funcional de la alimentación. Para alimentar, la dieta debe cubrir en forma equilibrada los requerimientos de los nutrimentos, ya que todos son necesarios e igualmente importantes, en las cantidades que cada individuo requiere. La dieta debe ser completa, variada, suficiente y adecuada a las características biológicas de cada persona. Los alimentos nos aportan un conjunto de elementos denominados “nutrientes”, que el organismo necesita, como proteínas, vitaminas y minerales, inclusive algunas pequeñas cantidades de ciertos tipos de grasas para una salud óptima.
Los macronutrientes aportadores de energía son las proteínas, los carbohidratos y las grasas o lípidos. Por su parte los micronutrientes son las vitaminas y minerales, tan importantes como los anteriores, pero que no aportan calorías y son muy necesarios para los procesos metabólicos. Este conjunto de nutrientes hacen la diferencia en la calidad de lo que se come y en el resultado que tienen para mantener la salud de las personas. Los carbohidratos nos brindan la energía necesaria para realizar nuestras actividades diarias. Las proteínas son los ladrillos que constituyen los músculos. Son necesarias para crecer y reparar los daños del cuerpo. Las grasas representan la fuente más concentrada de energía para el cuerpo. Son fuente de calorías para los niños, pero los adultos deben consumirlas con moderación. La vitamina A, C, D, E y K, así como las del complejo B y el ácido fólico, cumplen con funciones esenciales para el organismo. Ayudan en el proceso de transformación de energía y favorecen el sistema de defensa del cuerpo contra las enfermedades. Entre los principales minerales se encuentran el calcio, el hierro, el yodo y el zinc. Estos participan en diversas funciones específicas y forman parte de los tejidos del cuerpo. Una buena alimentación es variada, rica y entretenida, que aporta los nutrientes necesarios para el organismo en la cantidad y calidad que cada persona requiere.