90 likes | 212 Views
Miguel-A. “Por qué despedí a mi secretaria”. 128 seg. (Mocedades).
E N D
Miguel-A. “Por qué despedí a mi secretaria” 128 seg. (Mocedades)
Lamento haber despedido a mi secretaria. Era una trabajadora excelente... incansable, con una constancia enorme, y capaz de realizar varias tareas a la vez. Con ella a mi lado, ni siquiera necesitaba agenda para recordar fechas, o reuniones con los clientes. Ella me lo recordaba, con gran amabilidad, todo y a tiempo.
Reconozco que mi secretaria era una joya realizando su trabajo. Y también lo era como mujer... aunque jamás me insinué, ni la toqué. Había en este campo un profundo respeto entre ambos. Nunca hubiera querido prescindir de la ayuda profesional de mi secretaria. Sin embargo, en la vida, en ocasiones, no queda otro remedio que tomar decisiones dolorosas de ruptura.
Hace dos semanas cumplí 49 años. Me levanté de la cama con la esperanza de que mi esposa me cantara en el desayuno lo de "Feliz cumpleaños“, y tratara de sorprenderme con un regalo. Sin embargo, ni siquiera me dio los buenos días. Mis hijos se sentaron a desayunar, pero tampoco se acordaron de que aquel día era mi cumpleaños.
Llegué a mi oficina muy deprimido, pero enseguida me reanimé. Al entrar, mi secretaria me gritó: - ¡Feliz cumpleaños!. Me sentí un poco mejor: Por lo menos alguien se acordaba de que era el día de mi cumpleaños. Pero, para mi tristeza, ninguno de mis amigos, ni allegados, llamó por teléfono para felicitarme.
Cerca del mediodía, mi secretaria se acercó a mi mesa de trabajo, y me dijo: - Ya que es tu cumpleaños, ¿por qué no almorzamos juntos?. Le contesté que era la propuesta más hermosa que había recibido ese día, y acepté.
Escogimos un restaurante acogedor. Todo estuvo delicioso. Comimos bien, y charlamos bastante. Cuando ya íbamos a regresar a la oficina, mi secretaria sugirió: - En este día tan especial, ¿para qué regresar tan pronto al trabajo? ¿Por qué no nos tomamos la tarde libre? ¡Vamos a mi apartamento, y seguimos pasándolo bien!. - Bueno -respondí-. Vamos y tomamos unas copas más.
Una vez en su apartamento, mi secretaria me dijo: - Si no te molesta, quisiera ponerme una ropa un poco más cómoda. - Vale. Por mi parte, no hay problemas -respondí.
¡Y humm...! Aunque no llevaba nada premeditado, dentro de mí, comencé a pensar que, después de todo, podría ser una experiencia interesante Y, con tales pensamientos, me puse muy caliente. Ella entró a su habitación. Y, como yo estaba excitado y ella tardaba, comencé a desnudarme. Unos minutos más tarde salió mi secretaria con un gran pastel de cumpleaños, seguida de mi esposa, mis hijos, mis familiares, y algunos amigos, cantando "Happy birthday to you". Y allí estaba yo... como un idiota, desnudo, y con el sexo en posición erecta.