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“Cortes de Valladolid” es la denominación historiográfica de las reuniones de las Cortes de Castilla que tuvieron lugar en la ciudad de Valladolid, ciudad que, por otro lado era una de las diecisiete que mandaban procuradores a las reuniones de Cortes, allí donde fuera que se convocaran. Cortes de Castilla es la denominación de la institución política que realizaba la representación estamental de la Corona de Castilla durante la Edad Media y el AntíguoRégimen
Las Cortes eran convocadas y presididas por el rey de Castilla y sus procuradores se reunían por brazos: Iglesia, nobleza y “el común” (que correspondía a la representación de un determinado número de ciudades que tenían "voto en Cortes", gobernadas cada una de ellas por su propio patriciado urbano.
Al principio había Cortes de León, del Reino de León. Las continuas separaciones y uniones de ese reino y el de Castilla llevaron a reuniones de Cortes que se hacían al mismo tiempo, aunque por separado incluso en una misma ciudad (por ejemplo en las Cortes de Valladolid de 1293), llamándose “Cortes de Castilla y de León” hasta el siglo XV. Desde el reinado de los Reyes Católicos pasan a ser simplemente "Cortes de Castilla".
El hecho de ser tan numerosas las convocatorias de Cortes en Valladolid era consecuencia de la especial frecuencia con que en ella se disponía la presencia de la corte itinerante a lo largo de la Edad Media y la primera mitad del siglo XVI, hasta la fijación de la capitalidad en Madrid en 1561. También volvieron a celebrarse Cortes en ella Cuando el Duque de Lerma trasladó la Corte a Valladolid durante un breve periodo (1601-1606, capitalidad de Valladolid).
Tal fue la cantidad de reuniones de Cortes de Valladolid que la lista de las que se tiene constancia asciende al menos a veinticinco practicadas entre los años 1293 y 1601, siendo de ellas las documentadas más antiguas y principales celebradas las de 1293, 1295, 1298, 1299, 1300, 1307, 1312, 1322y 1325.
En 1293 se reúnen en Valladolid por vez primera las “Cortes de Castilla y de León” bajo el manto de la vallisoletana María Alfonso de Meneses, conocida como María de Molina, Reina consorte de Castilla entre 1284 y 1295 por su matrimonio con el Sancho IV “el bravo”, Rey de Castilla.
Cortes de Valladolid de 1295; el Rey Fernando IV accede al trono con 9 años de edad tras morir su padre, el rey Sancho IV de Castilla. Su madre, María de Molina, enfrentada a los Infantes Juan de Castilla, que quería ser Rey, y Enrique de Castilla que quería la tutela de Fernando IV, tuvo que ceder el Señorío de Vizcaya y abolir el impuesto de la “sisa” para conseguir el apoyo a sus propósitos.
Las Cortes de Valladolid de 1298 fueron una asamblea de todos los reinos que formaban la Corona de Castilla, y convocó a ricoshombres, maestres de Órdenes militares y hombres buenos de las villas de Castilla, León y Extremadura. Fernando IV En ella se firmó el compromiso y la solidaridad de los concejos leoneses con la reina María de Molina y su hijo Fernado IV, a pesar de que su opositor, el Infante Juan, había sido proclamado Rey de León con el apoyo de las tropas del Rey Dionisio I de Portugal.
Igualmente, las Cortes de Valladolid de 1299 reunieron a todos los reinos de la Corona de Castilla, a ricoshombres, maestres de Órdenes militares y hombres buenos de las villas de Castilla, León y Extremadura. Fueron convocadas por María de Molina y el Infante Enrique de Castilla para conseguir recursos con los que pagar las soldadas a los ricoshombres y caballeros. Se aprobaron numerosas disposiciones la mayoría de ellas destinadas a responder las peticiones de los hombres buenos de los concejos leoneses.
Las Cortes de Valladolid de 1300 fueron muy importantes ya que en ellas el infante Juan de Castilla, hijo de Alfonso X y tío de Fernando IV, renunció a sus pretensiones sobre los reinos de León, Galicia y Sevilla, a pesar de haber sido proclamado rey de León en 1296, y prestó público juramento de fidelidad a Fernando IV y a sus sucesores. Se aprobaron 29 disposiciones destinadas a responder las peticiones de los hombres buenos de los concejos castellanos.
Durante las Cortes de Valladolid de 1307 Fernando IV intentó refrenar los abusos cometidos por la nobleza, corregir la administración de justicia y aliviar la presión fiscal que soportaban los castellanos. Tras las reuniones de Cortes surgió un conflicto entre Fernando IV y el magnate castellano Juan Núñez II de Lara, a quien el monarca ordenó que abandonara el reino. El señor de Lara se negó a ello y se resistió al asedio de las tropas reales en el Castillo de Tordehumos, obligando finalmente al Rey a negociar.
Las Cortes de Valladolid, de 1325, proclaman, por fin, la mayoría de edad de Alfonso XI para gobernar, que, aunque solo con 14 años, tomó las riendas y supo sacar a Castilla de su precaria y caótica situación. Rodeado, por suerte, de numerosos y válidos consejeros, orientó su política hacia el restablecimiento de la autoridad real y de la justicia en todo su territorio. Las Cortes concedieron al Rey abundantes recursos y recuperó el control de todos los territorios del reino de Castilla, restaurando su autoridad. Alfonso XI “el Justiciero”
Hasta aquí un apunte sobre el comienzo de la andadura de las Cortes de Valladolid. La institución conocida con el nombre de Las Cortes, cuyo nacimiento se perfila a finales del siglo XII, no logra su consolidación definitiva hasta la segunda mitad del siglo XIII. Será a raíz de la reunión de 1258, en Valladolid, de Alfonso X con «ommes bonos de villas de Castiella e de Extremadura e de tierra de León», cuando la convocatoria de Cortes se convierte en instrumento habitual de la política de los reyes castellano-leoneses y alcanzan su apogeo en el siglo XIV, Jugando un papel fundamental en la historia del reino hasta el siglo XVI. FIN