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Éxodo viene de la traducción griega y significa "salir" o la "salida." Habla de la salida de Israel de Egipto. El título en hebreo es Shemoth y viene de las primeras palabras en el significado hebreo del texto: " Estos son los nombres."
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Éxodo viene de la traducción griega y significa "salir" o la "salida." Habla de la salida de Israel de Egipto. El título en hebreo es Shemoth y viene de las primeras palabras en el significado hebreo del texto: " Estos son los nombres." Dios infligió sobre Egipto a través de 10 plagas para librar a Su pueblo de Israel, que sufría allí la esclavitud, para exhibir ante los egipcios Su gran poder de redención y para mostrarles que todos los elementos de la creación estaban bajo Su autoridad (Éx. 7-12). Que es una plaga? El concepto de plaga ha evolucionado con el tiempo desde el significado tradicional donde se consideraba plaga a cualquier animal que producía daños, típicamente a los cultivos. Actualmente debe situarse al mismo nivel que el concepto de enfermedad de forma que debe entenderse como plaga a una situación en la cual un animal produce daños económicos, normalmente físicos, a intereses de las personas (salud, plantas cultivadas, animales domésticos, materiales o medios naturales); de la misma forma que la enfermedad no es el virus, bacteria... sino la situación en la que un organismo vivo (patógeno) ocasiona alteraciones fisiológicas en otro, normalmente con síntomas visibles o daños económicos.
Cada plaga traída sobre Egipto por Moisés era un ataque directo sobre cierta deidad o práctica religiosa de los egipcios. Dios dijo a Moisés: "contra todos los dioses de Egipto ejecutaré el juicio" (Ex 12:12 ). La mayoría de las plagas no eran ocurrencias inusuales en Egipto, sino fueron demostradas ser sobrenaturales por su intensidad, sucesión y subyugación al comando de Moisés., y por la exención de Israel a partir de siete de ellas. EL PROPÓSITO DE LAS PLAGAS 1. Desacreditar las deidades egipcias. Cada una fue una prueba en contra de los ídolos de Egipto. 2. Castigar al opresor. Quienes habían oprimido tanto tiempo al Israel, probaron lo amargo del castigo. 3. Confundir el orgullo del Faraón. El que llamaban “hijo del sol”, quedó avergonzado por la plaga de tinieblas que le vino. 4. Efectuar la liberación de Israel. Las plagas quebraron finalmente la necedad del Faraón. El golpe final lo asestó la muerte de los primogénitos.
Primer encuentro con Faraón. Moisés y Aarón se presentaron ante Faraón, para dar el mensaje de Jehová, con el cual advertía las calamidades que ocurrirían a los egipcios, si no liberaba a Su pueblo. Para ello, hubo una señal de parte de Dios, antes de que sobrevinieran las 10 plagas. Faraón era un hombre incrédulo y arrogante Ex. 5:2. Dios mismo endureció el corazón de Faraón, con el propósito de demostrar Su soberanía, en tanto mas endurecido estaba su corazón, mayor seria el poder de Dios para demostrar Su poder, el cual Faraón seria testigo. El siguiente acontecimiento fue el primer milagro que seria demostrado a Faraón: Toma tu vara y échala delante de Faraón, para que se haga culebra. Ex. 7:9
LA VARA DE AARON El episodio que sucedió cuando Aarón arrojó su vara y se convirtió en serpiente y devoró a la serpiente del mago, el cual imitó este mismo acto, no se considera como una plaga, pero fue significativamente la primer señal, con la cual Dios iniciaba la advertencia a faraón sobre lo que El haría. Ex. 7:8-13. James y Jambres, los magos egipcios, imitaron este milagro, pero la culebra había sido devorada por la de Aarón.
Primera plaga: Las aguas se convierten en sangre. El agua del Nilo y de todos sus canales y pozos se convirtió en sangre. El agua apestaba y los peces murieron, Ésta fue una plaga dura, y más por cuanto que el Nilo era adorado por los egipcios como dios. La destrucción de la pesca del Nilo fue también una gran catástrofe. Pero los magos pudieron hacer el mismo prodigio de transformar el agua en sangre. Faraón endureció por ello su corazón (Éx. 7:14-25).
Segunda plaga: ranas. La tierra se vio invadida de ellas: en sus camas, hornos y artesas. Los magos consiguieron también hacer lo mismo. Sin embargo, la presencia de las ranas era tan molesta que Faraón llamó a Moisés para rogarle que pidiera al Señor que las sacara del país: dejaría salir al pueblo de Israel de Egipto. Las ranas murieron, y fueron recogidas en grandes montones; al verse aliviado, Faraón endureció su corazón, y no permitió que el pueblo saliera de Egipto (Éx. 8:1-15).
Tercera plaga: piojos Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra. Ex. 8: 16. El polvo de la tierra se transformó en piojos sobre hombres y animales. Los hay que han supuesto que se trata de una especie pequeña de mosquitos, porque la LXX dice «skiphes», que algunos traducen como «mosquito». Pero éstos pueden quedar incluidos en la cuarta plaga. Es mucho más probable que se aluda al piojo, como afirma Josefo (ver PIOJO) o a la pulga. Se dice que estaba «tanto en los hombres como en las bestias». Los magos no pudieron imitar esto: se trataba de una comunicación de vida. Tuvieron que reconocer: «Dedo de Dios es éste.» Sin embargo, Faraón se negó a permitir la salida de los hijos de Israel (Éx. 8:16-19).
Los magos James y Jambres, después de la tercera plaga no pudieron imitar los milagros de Jehová. Ex. 8:18. Dijeron a Faraón: Dedo de Dios es este. Mas el corazón de Faraón se endureció y no los escucho, como Jehová lo había dicho. Ex. 8:19
Cuarta Plaga: Moscas. El término «moscas» está añadido, diciendo el original «enjambres», que puede referirse a enjambres de insectos de diversas clases. Iban a llenar las casas y a corromper la tierra. Gesenio vierte «arob» como «tábano», pero en Sal. 78:45 y 105:31 este mismo término se traduce «enjambres de moscas». La Reina-Valera se aproxima mucho al sentido al traducir «toda clase de moscas». Es indudable que se incluye la mosca común en Egipto: son sumamente molestas, contaminando la comida, y atacando al cuerpo insistentemente. Una característica de esta plaga es que no se dio en la tierra de Gosén, donde moraban los israelitas. Faraón se sintió tan apremiado por esta plaga que se apresuró a llamar a Moisés, proponiéndole el permiso para ofrecer sus sacrificios, pero en Egipto. A esto se opuso Moisés, porque los israelitas iban a sacrificar unos animales que los egipcios detestaban (las ovejas) y otros que consideraban sagrados (las vacas). Finalmente, Faraón accedió, con la condición de que no debían alejarse demasiado por el desierto. Sin embargo, tan pronto esta plaga fue quitada, Faraón rehusó nuevamente dejar partir a los hijos de Israel (Éx. 8:20-32).
Quinta plaga: muerte del ganado. Cayó sobre los ganados de los egipcios.(caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas). Sólo los rebaños y manadas de los israelitas quedaron exentos. Pero Faraón, a pesar de haber comprobado este hecho, persistió en su negativa a dejar partir a Israel (Éx. 9:1-7).
Sexta plaga: salpullido y úlceras. Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón: Ex. 9:8. Esparcir ceniza simbolizaba de cierta forma la enfermedad. Esta plaga cayó sobre todos los egipcios, incluidos los hechiceros, que ya no pudieron estar ante Faraón como en las otras ocasiones. Ex. 9:11 Salpullido: Es una enfermedad que producia erupciones y llagas. Dt. 28:27 Sin embargo, Faraón persistió en su obstinada actitud (Éx. 9:12).
7. Plaga de Granizo Ex. 9:13.- La tormenta de granizo constituía un milagro, porque Egipto era un país donde prácticamente no llovía, rara vez caía granizo. Aun así, Dios hizo mas severo y destructivo este fenómeno natural. El granizo pudo haber representado un ataque contra dos dioses egipcios: Isis, la diosa de la vida y Seth, el protector de las cosechas. Hay evidencias de que no se trató de un granizo normal. La antigua tradición judía (cfr. Talmud Babilónico, «Tratado Berakhoth» 54b) afirma que se trataba de piedras calientes. Sin embargo, la tierra de Gosén no quedó afectada. Faraón pidió la intercesión de Moisés, pero al cesar el granizo, reasumió su anterior actitud (Éx. 9:13-35).
8. Plaga de langostas. Moisés amenazó con la plaga de langostas. Los siervos de Faraón advirtieron al monarca que Egipto estaba devastado (Éx. 10:7). Sin embargo, al anunciar Moisés que todo el pueblo iba a irse, junto con todas sus posesiones en ganados y bienes, Faraón se negó nuevamente a permitir su marcha (Éx. 9:1-20). La langosta vino se comió lo que quedo de las cosechas tras el paso de la tormenta de granizo, poniendo en peligro la supervivencia de la gente.
NOVENA PLAGA: Tinieblas. «Hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, durante tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas» (Éx. 10:22, 23). Se trataba de unas tinieblas que se podían sentir, y Faraón llamó a Moisés, dándole autorización para que los israelitas salieran con sus esposas y sus pequeños; pero tenían que dejar tras sí sus rebaños y manadas. Moisés no estuvo de acuerdo: tenían que partir con todo: «No quedará ni una pezuña.» Así iba a ser la redención de Dios. Faraón se encolerizó, y exclamó: «Guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás.» Moisés replicó: «Bien has dicho; no veré más tu rostro» (Éx. 10:29); en Éx. 11:4-8 se afirma claramente que Moisés advirtió a Faraón de la muerte de los primogénitos; ello hubiera podido ser en aquella misma audiencia por un mensaje directo de parte de Dios. Moisés salió encolerizado de la presencia de Faraón (Éx. 11:8).
SE ANUNCIA LA MUERTE DE LOS PRIMOGENITOS Entonces el Señor le dijo a Moisés, "Yo voy a traer una plaga más en contra Faraón y Egipto; después él mandará a toda Mi gente fuera de Egipto." "Esta plaga traerá la muerte a todo primogénito en la tierra de Egipto, del primogénito de Faraón que se sienta en un trono, hasta el primogénito de la criada detrás del molino. Y habrá un gran lamento en toda la tierra de Egipto, como nunca ha pasado antes y nunca será de nuevo." "Moisés, habla a toda la congregación de Israel. Diles que Yo dije, 'Seleccionen un cordero, uno para cada casa,: Tu cordero debe ser de un año de edad y macho sin imperfecciones. Después de cuatro días, la asamblea entera de Israel lo matará en la tarde." "Y tu debes tomar un manojo de hisopo, y zambullirlo en la sangre del cordero, y golpear arriba el marco de la puerta y los dos postes del lado con la sangre;y ninguno saldrá de la puerta de sus casas hasta la mañana. Y tu debes comer el cordero esa noche, asado con fuego; pero sin romper ninguno de sus huesos. Tu debes comerlo con el pan sin levadura, es la Pascua del Señor." "Porque Yo atravesaré la tierra de Egipto, y mataré todo el primogénito en la tierra de Egipto, hombre y bestia. Yo ejecutaré el juicio contra todos los dioses de Egipto: Yo soy el Señor. Y la sangre será una marca de seguridad en las casas dónde ustedes están, así cuando yo vea la sangre, no permitiré que el destructor entre en tus casas a atacarte con violencia. Él pasará - encima de ustedes. Y cada año después de esto, deben celebrar la cena de pan sin levadura como un conmemorativo, llamándole la Pascua del Señor.'"
Decima Plaga: Muerte de los primogénitos. «Desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias.» Los israelitas habían ya preparado el cordero pascual, y untado su sangre en los postes de la puerta y en el dintel, y el heridor los pasó por alto (véase PASCUA). Esto establece un tipo de la preciosa sangre de Cristo, que constituye el testimonio de que ya ha sido ejecutado el juicio sobre el hombre, y que por ello mismo es la base de todos los tratos de Dios en gracia. Moisés y Aarón fueron convocados, y se les dio orden de que partieran, ellos y sus ganados. Los egipcios los apremiaban, exclamando: «Todos somos muertos» (Éx. 12:33). Así es como Dios lanzó Sus terribles juicios sobre Egipto, para hacer saber a Faraón que Él era el Dios omnipotente, y para redimir a Su pueblo con mano alzada y brazo extendido.
Entonces a medianoche, el Señor mató a todo el primogénito en la tierra de Egipto, del primogénito de Faraón que se sentaba en su trono al primogénito del cautivo en el calabozo; incluso todo el primogénito de ganado. Y Faraón y sus sirvientes y todos los egipcios se despertaron en la noche; y hubo un gran lamento en Egipto; porque no había ninguna sola casa dónde no había un muerto. Pero aquéllos en las casas con los postes de la puerta marcados con la sangre del cordero fueron salvados. Entonces Faraón llamo a Moisés y Aarón de noche, y dijo, "Despierten a todos. Ustedes y los Hijos de Israel deben apartarse de mi gente. Váyanse, sirvan al Señor así como ustedes querían." Y los egipcios le pidieron a los hebreos que se fueran de prisa, mandándolos de la tierra, lo mas rápidamente posible, diciendo, "Si ustedes no se van, todos nosotros estaremos muertos!" Los egipcios hasta le dieron joyas y oro a los hebreos para su partida.
Dios demostró que no solamente seguía controlando las fuerzas de la naturaleza, sino también de la vida y la muerte. El mismo Jehová trae la plaga. Ello demostraba que el Dios hebreo era mayor que Osiris, el dios egipcio dador de la vida. Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón y no envió a los hijos de Israel fura de su país. Ex. 11:10
Un aspecto a señalar de las diez plagas es que presentan unas características notables: (1) Fueron anunciadas de antemano. (2) Se hizo separación entre los egipcios y los israelitas. (3) Aunque los hechiceros pudieron imitar las dos primeras plagas, no pudieron librar a Egipto de ellas; de hecho ellos mismos las sufrieron. (4) Por medio de estas plagas cayó el juicio no sólo sobre Egipto, sino también sobre sus dioses: el gran dios Nilo quedó contaminado; el mismo Faraón, que era considerado como divino, humillado; las ranas contaminaron los templos, y finalmente, el sol, el mayor de los dioses de Egipto, se sumió en las tinieblas. Las diez plagas dejaron sumido a Egipto en la mayor de las devastaciones. La posterior persecución de los israelitas por parte de Faraón y su ejército provocó la pérdida de las fuerzas armadas egipcias y del mismo Faraón en el mar Rojo