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VI. El comunismo en crisis, 1976‑1989. Las Revoluciones de 1989. saladehistoria.com. Bloque del Este. Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
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VI El comunismo en crisis, 1976‑1989 Las Revoluciones de 1989 saladehistoria.com
Bloque del Este Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas 15 Republicas: Armenia, Azerbaijan, Belarus, Estonia, Georgia, Kazakhstan, Kyrgyzstan, Latvia, Lithuania, Moldova, Russia, Tajikistan, Turkmenistan, Ukraine, Uzbekistan 6 Países Satélite: Bulgaria, Checoslovaquia, Alemania del Este (RDA), Hungría, Polonia, Rumania.
A pesar de la influencia de las políticas de Gorbachov en Europa del Este, las raíces de las revoluciones de 1989 son anteriores a su llegada al poder en la URSS. Existía una larga historia de oposición al régimen comunista en Europa del Este, que se remontaba a la década de 1950. A veces, esto había estallado en grandes perturbaciones como en el este de Berlín (1953), Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968).
Las tropas de la Unión Soviética invaden Checoslovaquia (20 de agosto, 1968)
¿Cuáles fueron las causas de este descontento? El atraso económico y el bajo nivel de vida en los países del bloque soviético. Desde los años 1960, las economías del bloque del Este se habían quedado más atrás que los de Occidente. Esto se hizo cada vez más problemático para los gobiernos de Europa del Este, debido al cambio de las industrias tradicionales a las industrias de más alta tecnología en el oeste y el aumento de la globalización. Dado el énfasis en la planificación centralizada, el bloque soviético estaba mal preparado para hacer frente a estos desafíos.
La falta de legitimidad de los partidos comunistas gobernantes. Con la excepción de Albania y Yugoslavia, el régimen comunista había sido impuesto por la URSS como una consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Esto se refleja en el hecho de que antes de 1939 los Partidos Comunistas de Bulgaria, Hungría, Polonia y Rumania eran pequeños. El régimen comunista en Europa del Este nunca había sido, por tanto, legitimado por medio de elecciones libres y fue mantenido por la intervención de las tropas soviéticas durante la revolución húngara (1956) y la Primavera de Praga (1968).
Los métodos represivos utilizados por los partidos en el poder. Todos los regímenes de Europa del Este tuvieron una policía política importante.
Dado el carácter de larga data de la insatisfacción popular hacia el régimen comunista, ¿por qué colapsó en 1989 después de sobrevivir durante cuatro décadas? Los problemas económicos empeoraron considerablemente en la década de 1980. Esto fue en gran parte el resultado de enormes préstamos occidentales negociados por los países del bloque del Este. La deuda externa total del bloque del Este ascendía a aproximadamente $100 mil millones en 1988.
Dado el carácter de larga data de la insatisfacción popular hacia el régimen comunista, ¿por qué colapsó en 1989 después de sobrevivir durante cuatro décadas? Los gobernantes de los regímenes comunistas estaban divididos sobre cómo hacer frente a los crecientes problemas económicos. En varios países hubo intentos de preservar el poder del Partido a través de la reforma, por ejemplo, en Polonia, el general Jaruzelski trató de cooptar a algunos dirigentes de la oposición en una alianza con el Partido Comunista. Estas reformas fracasaron y, de hecho, minaron el poder del partido, lo que alimentó demandas de cambio de mayor alcance.
Dado el carácter de larga data de la insatisfacción popular hacia el régimen comunista, ¿por qué colapsó en 1989 después de sobrevivir durante cuatro décadas? El impacto de las reformas de Gorbachov en la URSS. Las políticas de Gorbachov (glasnost y perestroika) animaron a los movimientos de oposición en Europa del Este y los elementos reformistas dentro de los partidos comunistas para buscar introducir cambios similares en sus propios países.
Se hizo evidente que Gorbachov no intervendría militarmente para mantener los regímenes comunistas de Europa del Este. Ya en noviembre de 1987, Gorbachov declaró que "no existe un modelo de socialismo a imitar por todos“. En julio de 1989, Gorbachov afirmó: “lo que los Polacos y húngaros decidan es su asunto … pero vamos a respetar su decisión sea lo que sea”.
En octubre de 1989, el portavoz de Gorbachov, Gennadi Gerasimov, declaró que lo que Occidente había denominado la “Doctrina Brezhnev", que la URSS iba a intervenir para prevenir cualquier amenaza para el régimen comunista, en cualquier país del bloque del Este, había sido reemplazado por la “Doctrina Sinatra”: que la URSS permitiría a los países de Europa del Este que lo hagan “a su manera". “Nosotros tenemos hoy la doctrina de Frank Sinatra. El tiene una canción, “My Way”. Así, cada país decide sobre cuál camino seguir (...) la estructura política debería ser decidida por la gente que vive allí”.
¿Por qué Gorbachov no interviene para evitar la revolución en Europa del Este? Europa del Este perdió la importancia estratégica que había sido su principal justificación a partir de 1945. El advenimiento de las armas nucleares y en particular de los misiles balísticos intercontinentales y los bombarderos intercontinentales había reducido su ventaja estratégica, en términos de servir como “estados tapón”. Europa del Este se había convertido en una gran responsabilidad financiera y económica para la URSS por el costo de estacionar tropas soviéticas allí y de proporcionar suministros militares a sus aliados del Pacto de Varsovia y en términos de suministro de petróleo barato. Gorbachov había invertido tanto en términos de lograr el fin de la Guerra Fría, que no estaba dispuesto a dañar sus relaciones con Occidente por la intervención militar en Europa Oriental.
Después de la revolución en Polonia, los movimientos de reforma en otros países del bloque oriental se envalentonaron para presionar por el fin del régimen comunista. En este sentido, la cobertura mediática de los acontecimientos en países como Polonia tuvo un "efecto multiplicador" ya que los ciudadanos de un país del bloque del Este fueron capaces de ver los eventos que se estaban produciendo en el otro.
En 1980-1981 se produjeron grandes huelgas en Polonia, provocados por el anuncio de la subida de los precios. El General Jaruzelski, líder del Partido Comunista polaco, declaró la ley marcial en diciembre de 1981 y prohibió el movimiento sindical Solidaridad en octubre de 1982. Jaruzelski terminó la ley marcial en 1983. La reforma económica limitada se introdujo en 1982, pero no pudo hacer frente a los grandes problemas de la deuda externa y la baja productividad industrial.
Inicialmente, Jaruzelski trató de abrir un diálogo con la Iglesia Católica, pero esta estrategia se vio socavada por el asesinato del padre Popieluszko instigado por la policía de seguridad en octubre de 1984. El gobierno relajó la censura en 1986 y en 1988 la prensa polaca gozaba de una gran libertad. La visita del Papa Juan Pablo II en junio de 1987 avergonzó al gobierno polaco porque demostró públicamente su apoyo a Solidaridad.
En octubre de 1987, el gobierno anunció que iba a celebrar un plebiscito el mes siguiente con una propuesta de reforma económica y política. El plebiscito fracasó porque Solidaridad instó a sus partidarios a boicotearlo y el gobierno no pudo logra que el 50% de los electores apoyaran sus propuestas.
En agosto de 1988, Jaruzelski aceptó un informe sobre la reforma política. Sus principales recomendaciones fueron la creación de un nuevo Senado y Parlamento, con un 40% de los escaños disputados en elecciones abiertas. Jaruzelski luego trató de ganar el apoyo de los líderes de la oposición política. Las conversaciones con los dirigentes de Solidaridad comenzaron en agosto de 1988.
Una serie de mesas redondas tuvieron lugar entre febrero y abril de 1989, el último intento de los comunistas polacos para transformar el sistema manteniendo el control del proceso de cambio. Los negociadores principales de Solidaridad fueron TadeuszMazowiecki, BronislawGeremek, y WitoldTrzeciakowski, que estaban dispuestos a aceptar un paquete de reformas económicas y elecciones parcialmente libres a cambio de la legalización de Solidaridad.
En los Acuerdos de abril se estableció que se realizarían elecciones libres al Senado y se realizaría la elección del 35% de los escaños al Parlamento. El 65% restante estaría reservado para el Partido Comunista y sus aliados (el Partido Campesino Unido y el Partido Demócrata). El Presidente de la República sería elegido por el Parlamento y el Senado.
En las elecciones de junio Solidaridad ganó 99 escaños del Senado y 161 asientos en el parlamento, la totalidad de los cupos abiertos a candidatos no comunistas. En julio de 1989, el general Jaruzelski fue elegido presidente. Los líderes de Solidaridad temían que si Jaruzelski no era elegido Presidente se produciría un golpe de Estado por la línea dura dentro del Partido Comunista o la intervención soviética.
El triunfo electoral de Solidaridad en junio envalentonó a sus líderes para presionar por más influencia política. Adam Michnik argumentó que se debía exigir el nombramiento de un Primer Ministro de Solidaridad. Tras un mes de discusiones, Jaruzelski aceptó crear un nuevo gabinete, con TadeuszMazowiecki como Primer Ministro. En septiembre de 1989, el Parlamento polaco aprobó el nuevo gobierno de coalición.
El tamaño de la victoria electoral de Solidaridad ha impulsado la política polaca más allá de su agenda de sólo unos pocos meses antes. Solidaridad se había convertido en el partido principal en un gobierno de coalición, no el cooptado socio menor que el Partido Comunista había esperado. Jaruzelski permaneció como presidente hasta 1990, pero en diciembre de ese año, Lech Walesa fue elegido en su lugar.
La revolución húngara fue similar a la de Polonia en el sentido de que fue no violenta y seguida de un período de negociación entre el gobierno y los grupos de oposición. Hungría, de hecho, inició la reforma antes que en Polonia. Hungría había tenido un sector económico privado limitado (junto con la economía controlada por el Estado) por algún tiempo y no sufrió las graves carencias de Polonia. Del mismo modo, el gobierno húngaro había permitido elecciones con varios candidatos parlamentarios desde 1985 (pero todos los candidatos todavía tenía que ser aprobado por el gobierno). Esto ayudó a evitar que la frustración con la situación económica y política alcanzara los niveles de Polonia.
El preludio de la revolución húngara fue una batalla dentro del propio partido de gobierno. En 1987, Janos Kadar, que había dirigido el partido desde 1956, nombró a Karoly Grosz como el nuevo primer ministro. Grosz y Imre Posgay, ambos pro-reformistas, trabajaron juntos para socavar el poder de Kadar, quien finalmente renunció en mayo de 1988, sustituido por Grosz como Secretario General. Sin embargo, Grosz y Posgay diferían sobre como debía continuar la reforma política. Grosz era partidario de compartir parte del poder con los partidos no comunistas, mientras que Posgay quería ir más lejos, quitando al Partido Comunista su rol de liderazgo.
Posgay y Grosz se enfrentaron por la cuestión de la revolución húngara de 1956: Posgay insistió en que el Partido debía reconocer que había actuado contra el pueblo húngaro en 1956. Posgay ayudó a impulsar la rehabilitación de la reputación de Imre Nagy, el líder reformista comunista que había sido detenido y ejecutado por el gobierno soviético durante la Revolución de 1956. En junio de 1989, Nagy fue vuelto a enterrar con honores en una ceremonia a la que asistieron un cuarto de millón de húngaros.
En septiembre (1989), se acordó que las elecciones multipartidistas se celebraron en marzo (1990). En abril, a raíz de estas elecciones, un gobierno de coalición no comunista asumió el poder en Hungría. El Partido Comunista había cambiado su nombre por el de Partido Socialista Húngaro, pero logró sólo el 10% de los votos. El Foro Democrático Húngaro y la Alianza de Demócratas Libres se convirtieron en los dos grandes partidos en el Parlamento.
La reforma en Hungría tuvo un efecto muy importante en la República Democrática Alemana (Alemania Oriental) debido a que en mayo de 1989 el Gobierno húngaro anunció que abría sus fronteras. Esto significaba que los alemanes del Este ahora podía viajar a Hungría, cruzar a Austria y luego a la República Federal de Alemania (oeste).
La República Democrática Alemana (RDA) era el más próspero de todos los países del bloque del Este y parecía ser el más estable. Sin embargo, el hecho de que la vecina Alemania Occidental tuviera un nivel de vida mucho más alto era fuente constante de vergüenza para el régimen comunista. Por otra parte, la deuda externa de la RDA había aumentado a cerca de 27 mil millones para el 1989.
Al inicio de 1989, el veterano dirigente Comunista Erich Honecker, no mostró ninguna inclinación a copiar el camino de las reformas de Gorbachov y parecía dispuesto a usar la fuerza para reprimir cualquier intento de manifestaciones. Sin embargo, la noticia de las reformas en la URSS y los acontecimientos políticos más dramáticos en Polonia y Hungría eran seguidos intensamente dentro de la RDA.
Mein Gott hilf mir, diese tödliche Liebe zu überleben (Dios mío, ayúdame a sobrevivir a este amor mortal). "Brotherhood Kiss", famoso mural sobre el muro de Berlín basada en el beso de Brezhnev y Honecker.
Las noticia de los cambios en otros países socialistas, junto con la apertura de las fronteras en Hungría, desestabilizaron a la RDA. A finales de 1989 más de 500.000 alemanes del este habían abandonado el país, viajando a Alemania Occidental o a otros lugares a través de Hungría y Checoslovaquia. Este éxodo sorprendió y desmoralizó al Partido Socialista Unificado (SED).
A finales de septiembre, se había formado una serie de grupos de oposición, incluido el Partido Socialdemócrata alemán. En octubre hubo manifestaciones callejeras masivas en el este de Berlín y Leipzig, exigiendo la reforma. Honecker ordenó el cierre de las fronteras de la RDA, en un intento de detener la avalancha de alemanes del Este de abandonar el país.
Algunos dirigentes del SED llegaron a la conclusión de que no podían aislar a la RDA de los acontecimientos internacionales y que la reforma tenía que ser admitida si el partido iba a tener una oportunidad de preservar su influencia. Gorbachov visitó la RDA en octubre de 1989 y habló abiertamente de la necesidad de la reforma. En privado, Gorbachov dejó en claro a los dirigentes del SED que la URSS no apoyaría el uso de la represión. También puede haber alentado a los dirigentes del SED para eliminar a Honecker.
El 18 de octubre, EgonKrenzreemplaza a Honecker como Secretario del partido. Krenz quería introducir reformas al estilo de Gorbachov, con la esperanza de mantener al SED en el control del Estado. Krenz afirmó que el Parlamento de Alemania Oriental aprobaría una ley para levantar las restricciones de viaje en el futuro. Sin embargo, cuando se anunció el 9 de noviembre de 1989, dio a entender que la ley tenía un efecto inmediato.
El resultado fue memorable, con enormes multitudes reunidas en el Muro de Berlín, esperando que se le permitiera pasar. La inferioridad numérica obligó a los guardias a abrir la frontera y el Muro de Berlín, símbolo de la Guerra Fría y la división de Europa, cayó dramáticamente.
La RDA comenzó a derrumbarse con notable rapidez. En el otoño de 1989, muchos de los grupos de oposición se habían mostrado a favor de la reforma política en la RDA, no para la destrucción de la RDA y su fusión en una sola Alemania. Sin embargo, a principios de 1990, la opinión pública ya había cambiado decididamente a favor de la unificación.
Apertura de la Puerta de Brandeburgo el 22 de diciembre de 1989. De izquierda a derecha: El presidente del consejo de ministros de la RDA Hans Modrow, el canciller de la RFA Helmut Kohl, el alcalde de Berlín Oeste Walter Momper y, en segundo plano entre Kohl y Momper, el alcalde mayor de Berlín Este ErhardKrack.
La caída del Muro de Berlín actuó como un catalizador para un cambio rápido en la RDA. En noviembre, el Volkshammer (parlamento de la RDA) anunció el fin de la censura y una investigación sobre la corrupción en el SED. Todo el Politburó dimitió el 3 de diciembre. Gregor Gysi, el nuevo líder del SED, abrió negociaciones con los grupos de la oposición, lo que llevó a la realización de elecciones multipartidistas en marzo de 1990.
Después de la invasión soviética de Checoslovaquia (1968), el país fue dirigido por el líder de línea dura, Gustav Husak. Hasta el otoño de 1989, el Partido Comunista de Checoslovaquia parecía seguro. No parece haber desavenencias graves en el liderazgo entre los intransigentes y los aspirantes a reformadores. Tampoco ha habido manifestaciones populares. Sin embargo, los efectos de las revoluciones en los países vecinos del bloque del Este desestabilizan y socavan la autoridad del Partido.
La Disidencia en Checoslovaquia no había sido suprimida por completo. Un grupo de intelectuales, encabezados por el dramaturgo Vaclav Havel, publicó la Carta 77 denunciando los abusos a los derechos humanos del régimen comunista. La Carta 77 se inspiró en la firma del Acta Final de Helsinki en 1975, mediante el cual los Estados europeos y las grandes potencias se comprometieron a respetar los derechos humanos. La Carta 77 fue un foco para las voces disidentes en Checoslovaquia durante los años 1970 y 1980, y muchos de sus miembros iban a jugar un papel importante en la Revolución de Terciopelo de 1989 a 1990.
Las primeras manifestaciones ocurrieron el 17 de noviembre de 1989. Los manifestantes pacíficos en Praga se encontraron con una respuesta violenta de la policía de seguridad (“Viernes negro”). Esto, a su vez, provocó nuevas manifestaciones en todo el país, con los estudiantes jugando un papel central. Dos días después se creó el Foro Cívico para coordinar el movimiento de protesta, dirigido por el dramaturgo Vaclav Havel. Se anunció una huelga general para el 27 de noviembre.
El 24 de noviembre, varios líderes del Partido Comunista renunciaron. El mismo día, Alexander Dubcek, el líder reformista de la Primavera de Praga de 1968, apareció en una gran manifestación de protesta en la Plaza Wenceslao de Praga
Dos días antes de la huelga general, se celebraron negociaciones entre los dirigentes del Foro Cívico y el gobierno checo. El primer ministro Ladislav Adamec fue invitado a hablar en un mitin, donde indicó que estaba a favor de una solución a la crisis política basada en el consenso. Sin embargo, fue abucheado cuando propuso que la huelga general se reduzca a unos pocos minutos de duración.
La Huelga General del 27 de noviembre recibió un amplio apoyo, con casi la mitad de la fuerza laboral del país participando. El 29 de noviembre, el Partido Comunista decidió hacer importantes concesiones, incluyendo la eliminación del artículo de la constitución que establecía el liderazgo del Partido. El Foro Cívico llama a poner fin a las huelgas y manifestaciones masivas con el fin de dar al gobierno la oportunidad de introducir importantes reformas políticas en un ambiente de calma.
El 10 de diciembre, Gustav Husak dimitió como presidente. Foro Cívico propone su sustitución por Vaclav Havel, sin embargo, otros cinco candidatos fueron nominados, incluyendo Alexander Dubcek. Finalmente se alcanzó un acuerdo político: Dubcek fue elegido como Presidente de la Asamblea Federal y Havel fue elegido Presidente.
El 29 de diciembre, la Asamblea Federal elige presidente a Havel, lo que fue recibido con fiestas populares en Praga. En junio de 1990, se celebraron elecciones libres, estableciéndose un gobierno no comunista. Gorbachov aceptó sacar todas las tropas soviéticas de Checoslovaquia en mayo de 1991. En enero de 1993, Eslovaquia se separó de Checoslovaquia, formándose dos países independientes: la República Checa y Eslovaquia.
En Rumania, el gobierno comunista, al ver lo que estaba sucediendo en otros lugares, planteó una fuerte resistencia al movimiento de reforma. Ceausescu ordenó a sus fuerzas de seguridad disparar contra los manifestantes, lo que llevó a los militares a intervenir a fines de diciembre (1989), pero al lado de los manifestantes. Ceausescu y su familia fueron detenidos y juzgados y ejecutados.