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Estudios Bíblicos. Catecismo de Heidelberg. 1. Catecismo : Libro de enseñanza. 2. Fue escrito en la ciudad alemana de Heidelberg . 3. Es utilizado por las Iglesias Reformadas . 4. El Catecismo de Heidelberg está dividido en 52 domingos o días del Señor.
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EstudiosBíblicos Catecismo de Heidelberg
1. Catecismo: Libro de enseñanza. 2. Fue escrito en la ciudad alemana de Heidelberg. 3. Es utilizado por las Iglesias Reformadas. 4. El Catecismo de Heidelberg está dividido en 52 domingos o días del Señor.
Catecismo de Heidelberg EstudiosBíblicos Primera parte De la miseria del hombre
1 1. Pregunta:¿Cuál es tu único consuelo tanto en la vida como en la muerte? Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta:Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad.10 Respuesta: Que yo, con cuerpo y alma, tanto en la vida como en la muerte1, no me pertenezco a mí mismo2, sino a mi fiel Salvador Jesucristo3, que me libró del poder del diablo4, satisfaciendo enteramente con preciosa sangre por todos mis pecados5, y me guarda de tal manera6 que sin la voluntad de mi Padre celestial ni un solo cabello de mi cabeza puede caer7 antes es necesario que todas las cosas sirvan para mi salvación8. Por eso también me asegura, por su Espíritu Santo, la vida eterna9 y me hace pronto y aparejado para vivir en adelante según su santa voluntad. (1ª Pedro, 1:18-19)5 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, (Juan, 10:27-28)6 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (1ª Corintios, 6:19)2 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (Mateo, 13:30)7 29 ¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. 30 Pues aun vuestros cabellos están todos contados. (Romanos, 8:28)8 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (2ª Corintios, 5:5)9 Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. (Tito, 2:14)3 14 Quien se dio a sí mismo (Jesucristo) por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. (Romanos, 8:14)10 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (1ª Juan, 3:8)4 “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.” (Romanos, 14:8)1 Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos.
1 2. Pregunta:¿Cuántas cosas debes saber para que, gozando de esta consolación, puedas vivir y morir dichosamente? Respuesta: Tres:1 La primera, cuán grandes son mis pecados y miserias.2 La segunda, de qué manera puedo ser librado de ellos.3 Y la tercera, la gratitud que debo a Dios por su redención.4 Respuesta:Tres:1La primera, cuán grandes son mis pecados y miserias.2 La segunda, de qué manera puedo ser librado de ellos.3 Y la tercera, la gratitud que debo a Dios por su redención.4 Respuesta:Tres:1 La primera, cuán grandes son mis pecados y miserias.2La segunda, de qué manera puedo ser librado de ellos.3 Y la tercera, la gratitud que debo a Dios por su redención.4 Respuesta:Tres:1 La primera, cuán grandes son mis pecados y miserias.2 La segunda, de qué manera puedo ser librado de ellos.3Y la tercera, la gratitud que debo a Dios por su redención.4 Respuesta: Tres:1 La primera, cuán grandes son mis pecados y miserias.2 La segunda, de qué manera puedo ser librado de ellos.3 Y la tercera, la gratitud que debo a Dios por su redención.4 (Juan, 9:41)2 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece. (Hechos, 10:43)3 De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. (2ª Timoteo, 2:15)4 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. (Mateo, 11:28-30)1 28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Amen Amen