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TESALÓNICA EN LOS DÍAS DE PABLO. Lección 3, para el 21 de julio de 2012.
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TESALÓNICA EN LOS DÍAS DE PABLO Lección 3, para el 21 de julio de 2012
Tesalónica (la actual Salónica) fue fundada en 316 -315 a. C. por el rey Casandro de Macedonia, el cual le puso el nombre de su esposa, Thessalonikē (hija de Filipo II de Macedonia y hermanastra de Alejandro Magno). Filipo había llamado así a su hija porque conoció su nacimiento el día de su victoria sobre los Tesalios. Estudiar los diversos aspectos de la historia y costumbres de los tesalonicenses nos ayudará a comprender mejor el contenido de las cartas de Pablo a los tesalonicenses. TESALÓNICA
LOS ROMANOS Como en muchos otros lugares, los romanos entraron en Tesalónica por invitación de la ciudad misma. El año 168 a.C. los tesalonicenses pidieron al Imperio protección de sus enemigos. A partir de ese momento quedó anexada al Imperio, aunque fue recompensada con una importante autonomía de gobierno. • Situada sobre la “Vía Egnatia” fue, en general, una ciudad próspera bajo la dominación imperial. Restos de la Vía Egnatia • Quedan todavía en Tesalónica muchos restos de la antigua ciudad romana. El arco triunfal marca el lugar por donde pasaba la Vía Egnatia
LOS ROMANOS Aunque Tesalónica disfrutaba de un grado de libertad superior a otras ciudades, no dejaba de estar sometida a una dominación extranjera. Después de 200 años de ocupación, Pablo encontró una comunidad resentida por esta ocupación. Los impuestos y el sentimiento frustrante de dependencia afectaban más a las clases menos privilegiadas, las cuales anhelaban un cambio, una liberación.
EL CULTO A CABIRUS En el panteón de Tesalónica hubo una figura interesante llamada Cabirus. El culto a Cabirus se centró en Macedonia y Tracia. Cabirus era un joven legendario que fue asesinado por sus dos hermanos. Se dijo que Cabirus volvería un día para ayudar a los desposeídos de la ciudad. Su símbolo era el martillo, y fue adorado por la clase obrera en Tesalónica. Cuando Augusto comenzó a ser adorado como un dios, los romanos lo presentaron ante los tesalonicenses como el cumplimiento de las profecías relativas a Cabirus. De esta forma, los oprimidos de Tesalónica se sentían como si hubieran perdido la esperanza. A la luz del culto a Cabirus, es fácil entender cómo la predicación de Pablo acerca de Jesús fácilmente pudo haber ganado fuerza en Tesalónica. Después de todo, Jesús mismo tenía grandes semejanzas con Cabirus: era un hombre joven asesinado equivocadamente que había resucitado de entre los muertos y llevaba buenas nuevas a los pobres y los oprimidos. Moneda de Cabirus
LOS PREDICADORES CALLEJEROS En tiempo de Pablo muchos filósofos se dedicaban a predicar por las calles de Tesalónica y a instruir personalmente a sus discípulos. Aprovechando esta costumbre, Pablo predicaba durante la semana por las calles y entre los trabajadores. Aunque parecía un predicador callejero más, los tesalonicenses pudieron observar diferencias importantes entre él y los otros filósofos.
LA ACEPTACIÓN DEL EVANGELIO El descontento con la ocupación romana, la esperanza de la llegada de un dios que se preocupase por los desvalidos, la sinceridad de la predicación de Pablo y otros factores, hicieron que muchos –especialmente entre la gente trabajadora– estuvieran abiertos al Evangelio. Como podemos observar en las epístolas de Tesalonicenses, estos factores también produjeron algunos efectos negativos en los nuevos creyentes. Pablo tuvo que cortar de raíz la actitud de algunos que “andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno” (2Ts.3: 11), con la siguiente orden: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma” (2Ts. 3: 10)
LAS IGLESIAS EN TESALÓNICA La Iglesia primitiva no se reunía en templos. Solamente de vez en cuando se juntaban todos los creyentes de una misma ciudad en un solo lugar. En Tesalónica, como en otras ciudades, los hermanos se reunían en diversas casas particulares, cada una de las cuales se convertía en una“iglesia hogar”. Dependiendo del estatus social del dueño de la casa, podemos encontrar dos tipos de “iglesias”:
DOMUS Una casa grande, de una sola familia, edificada alrededor de un patio, típica de ricos. Tal hogar podía proporcionar un lugar de reunión para un grupo de entre treinta y cien personas.
ÍNSULA Una residencia con negocios y lugares de trabajo en la planta baja, frente a la calle, y departamentos en el piso superior. Este era el alojamiento principal urbano de las clases obreras. Uno de estos departamentos o lugares de trabajo podía normalmente acomodar sólo a iglesias más pequeñas. El domus y muchas de las ínsulas alojarían a una familia extendida, incluyendo de dos a tres generaciones, empleados del negocio familiar, visitas y aun esclavos. Si el jefe de la familia se convertía, podía tener un gran impacto sobre todos los que vivían en la casa.
“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número” (1ª de Corintios 9:19)