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Evangelio según San Juan. Clic para pasar. San Juan (12, 20 - 33). Lectura del Santo Evangelio según san Juan (12, 20-33) Gloria a ti, Señor. Quinto Domingo de Cuaresma Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas Escucha Señor, nuestra oración. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
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Evangelio según San Juan Clic para pasar San Juan (12, 20 - 33)
Lectura del Santo Evangelio según sanJuan (12, 20-33) Gloria a ti, Señor.
Quinto Domingo de Cuaresma Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas Escucha Señor, nuestra oración
Honor y gloria a ti, Señor Jesús. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
20 Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, 21 Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús.»
22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. 23 Jesús les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre.
24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto.
25 El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna.
26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!
28 «Padre, glorifica tu Nombre.» Vino entonces una voz del cielo: «Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.»
29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel.»
30 Jesús respondió: «No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.
32. y yo, cuando haya sido levantado de la tierra, atraeré a todos a mí.» 33.Con estas palabras Jesús daba a entender de qué modo iba a morir.
Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Meditando en el Santo Evangelio que acabamos de leer, Oremos el Salmo: 50
Crea en mí, Señor, un corazón puro. Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
Crea en mí, Señor, un corazón puro. Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
Crea en mí, Señor, un corazón puro. Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores.
Mi Señor haz que pueda entender en mi alma lo que significa morir a mi mismo y renacer al amor, que muera a mi mismo para que empiece a pensar en los demás, haz que de mi ser muera todo aquello que no permite que de frutos de amor: morir a la ira, morir al orgullo, morir al rencor… Haz que entienda que no importa tanto ser aceptado por el mundo y desesperarme por conseguir su aprobación si no tengo la tuya, si no te tengo a ti, por más de que haya ganado el mundo, lo he perdido todo. Haz que sienta en mi alma esa certeza de que lo que realmente interesa es salvar mi alma, así pierda la aprobación del mundo entero. Amén.
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