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SADAKO Y LAS MIL GRULLAS DE PAPEL. Era el año 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial. Sadako Sasaki tenía dos años. Una bomba atómica cayó sobre su ciudad, Hiroshima, en Japón. Ella vivía a casi 3 kilómetros de donde explotó. Parecía no estar quemada ni herida.
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Era el año 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial. Sadako Sasaki tenía dos años. Una bomba atómica cayó sobre su ciudad, Hiroshima, en Japón. Ella vivía a casi 3 kilómetros de donde explotó. Parecía no estar quemada ni herida.
Después de diez años, cuando ella tenía doce años de edad, los doctores en el hospital descubrieron que ella tenía leucemia, un tipo de cáncer en la sangre causado por la bomba atómica.
Estaba asustada, sabía que podía morirse. Los amigos y parientes la visitaban en el hospital todos los días para tratar de levantarle el ánimo.
Su mejor amiga, Chizuko le cuenta la historia de las mil grullas de papel. La historia es que si estás enfermo y haces mil grullas de papel, los dioses te curarán de la enfermedad que tienes.
Así es que Sadako se propuso una meta: hacer mil grullas de papel. Día tras día se los pasaba plegándolas y se dio cuenta que ésta era una buena manera de darse ánimos. A veces se sentía demasiado mala para hacer muchas grullas, pero igual lo intentaba.
Cuando sus amigos y su familia la visitaban en el hospital, trataba de seguir sonriendo y de estar de buen ánimo para que no se preocuparan tanto. Sin embargo, cuando ella murió, sólo tenía 643 grullas completadas.
Las compañeras de clase de Sadako decidieron plegar las grullas que faltaban para completar mil y éstas fueron enterradas con Sadako.
Los niños formaron una asociación para juntar dinero para levantarle a Sadako un monumento. Esta asociación fue creciendo y miles de niños de todas partes del mundo hicieron donaciones. Tres años después de que Sadako muriese, los niños de toda su ciudad, Hiroshima, dedicaron, en un parque, una estatua de ella con una grulla en su mano.
Este monumento es conocido como el Monumento a la Paz de los Niños y está en el Parque de la Paz en Hiroshima. Hay un mensaje tallado en la piedra: "Este es nuestro clamor, ésta es nuestra plegaria: paz en el mundo".
Sadako y las mil grullas ahora son un símbolo de paz para todo el mundo.