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EL SISTEMA CIRCULATORIO . El sistema circulatorio tiene la funci
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1. HEMORRAGIAS DRA. CHRISTINA LEZCANO SOLANO
2. EL SISTEMA CIRCULATORIO El sistema circulatorio tiene la función de transportar los nutrientes y el oxígeno a las células del organismo, también es el responsable de mantener la temperatura interna del cuerpo humano. Está compuesto por el corazón, los vasos sanguíneos y la sangre.
4. El corazón es un músculo que actúa de bomba, impulsando la sangre a través de los vasos sanguíneos.
Los vasos sanguíneos son los conductos por donde circula la sangre. Existen tres tipos de vasos:
Arterias: son los vasos que salen del corazón.
Venas: son los vasos que van hacia el corazón.
Capilares: son los vasos más pequeños responsables del intercambio gaseoso en tejidos y órganos.
6. La sangre está compuesta por una parte líquida, llama da plasma (de color acuoso) y una parte sólida, formada por tres tipos de células:
Hematíes: responsables del transporte de oxígeno.
Leucocitos: colaboran en la defensa del organismo contra las infecciones.
Plaquetas: favorecen el proceso de coagulación.
8. DEFINICION Salida de sangre de un vaso sanguíneo (arteria, vena o capilar) hacia el exterior o interior del cuerpo.
9. Causas:
Patológica: Alguna enfermedad de los elementos de la sangre.
Traumática: Agente traumático (accidente de tránsito, golpes, etc)
10. Tipos de Hemorragias:
Hemorragia Capilar: Los capilares son los vasos más pequeños del organismo y también los más numerosos. Se observan multitud de pequeños puntos sangrantes que al confluir forman lo que denominamos hemorragia en sábana. En pocos minutos el sistema de coagulación del organismo funcionará y parará el sangrado.
11. Tipos de Hemorragias:
Hemorragia Venosa: Cuando el sangrado procede de venas lesionadas, que es aquella que transporta la sangre de los órganos hasta el corazón. Sangre de color rojo oscuro. Salida de la sangre de forma continua alrededor de la herida. Puede tener gran trascendencia si la vena es de gran calibre o es duradera en el tiempo. El sangrado venoso se corta, en principio, aplicando presión local.
12. Hemorragia Arterial: Es el menos frecuente, pero el más serio. La sangre que se libera de una arteria es de color rojo brillante y suele salir con mucha fuerza, a menudo en saltos rítmicos que coinciden con las contracciones del corazón.
Si no se trata pronto una lesión sangrante sobre una arteria importante, es posible sangrar hasta la muerte en poco tiempo. En la mayoría de los casos, sin embargo, la presión directa y firme sobre la herida parará el sangrado arterial, aunque el proceso siempre requerirá más tiempo que en el sangrado venoso.
Hemorragia Mixta: Combinación de hemorragia arterial y venosa.
14. HEMORRAGIA INTERNA Antecedente traumático o enfermedad previa.
Hemorragia hacia las cavidades internas del cuerpo (abdominal, torácica).
Severas, compromiso hemodinámico.
Manejo: Acto quirúrgico. Adecuada vía aérea. Administrar oxigeno. Prevenir pérdida de calor. Administrar suero fisiológico 0,9°/oo. Traslado de paciente.
15. HEMORRAGIA EXTERNA La hemorragia hacia el exterior, visible.
Hemorragia capilar, venosa, arterial o mixta.
Manejo:
Presión directa.
Elevación del miembro.
Compresión digital.
Torniquete.
20. HEMORRAGIA INTERNA EXTERIORIZADA EPISTAXIS
OTORRAGIA
GINECORRAGIA
HEMOPTISIS
HEMORRAGIA INTESTINAL.
21. EPISTAXIS
22. ANATOMIA:
La sangre que irriga la parte superior del tabique y de las paredes externas proviene de la carótida interna a través de las arterias etmoidales.
En la parte inferior del tabique y los cornetes, la irrigación corresponde a la arteria carótida externa a través de las arterias palatina y esfenopalatina.
El área de Kiesselbach, porción anteroinferior del tabique, recibe abundante cantidad de sangre de todas las arterias que irrigan la nariz. En esta zona es precisamente donde se origina, en la mayoría de los casos, la epistaxis. Las posteriores se originan a nivel de las ramas de la arteria esfenopalatina.
23. Definición Se entiende por epistaxis la hemorragia que se origina en las fosas nasales. La copiosa irrigación de la nariz explica la alta frecuencia de esta patología. Su incidencia es máxima en tres épocas de la vida: la niñez, la adolescencia y la senectud.
26. La epistaxis puede ser causada por un traumatismo, irritación o resequedad del revestimiento de la nariz, rinitis alérgica, resfriados o sinusitis.
Otras causas pueden ser la obstrucción nasal como en el caso de un tabique desviado u objetos extraños en la nariz.
En la mayoría de los casos la epistaxis comienza en el tabique, el cartílago vertical que separa las cámaras nasales y está revestido de vasos sanguíneos frágiles. Esta forma de epistaxis no es grave y suele ser fácil de detener.
28. Manejo de Epistaxis Limpieza.
Localizar la zona sangrante.
Con el paciente sentado si es posible y ligeramente inclinado hacia delante para evitar la deglución de sangre, efectuamos una compresión digital externa sobre las alas nasales durante unos 5 a 10 minutos. Si no cede colocaremos un algodón empapado con agua oxigenada. Se aplica la presión externa y se retira el algodón a los 15 minutos. Exploramos de nuevo fosas nasales y orofaringe.
Si no cede, intentar una vez más y si no se soluciona o se considera necesario realizaremos un taponamiento anterior.
30. Taponamiento anterior:
Lo realizaremos con una gasa en tira.
Impregnarlas con vaselina estéril o pomada antibiótica.
Hay que dejar un cabo de gasa colgando en el exterior de la fosa nasal el cual se sujeta con la mano izquierda y con unas pinzas de bayoneta, se dispone la gasa del suelo al techo y de atrás hacia delante (como un “acordeón”) lo más apretado posible, rellenando la cavidad con la mayor cantidad de gasa posible.
El trozo sujeto con la mano izquierda es el último en introducirse, evitando así el deslizamiento de la gasa a rinofaringe.
Por el exterior se coloca un esparadrapo evitando la expulsión del tapón.
Si se dispone de la esponja gelfoam, cuya colocación es más rápida, primero hacer sonar cada fosa, insertar la esponja y seguidamente se humedece con suero fisiológico hasta taponar totalmente la fosa nasal, a la que se amolda. Valoraremos varias veces la faringe asegurándonos de la ausencia de sangrado posterior.
Es posible que sea necesario el taponamiento bilateral. Se debe informar al paciente de las posibles molestias: cefalea, sequedad bucal y epífora, principalmente.