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La Biblia nos dice que el hombre fue creado en estado de perfección, de acuerdo a la voluntad de Dios, y dotado de libre albedrío o capacidad de escogencia, no existiendo límites posibles para su desarrollo humano. Sin embargo, Jehová quiso que el hombre -aun cuando disfrutaba de entera libertad en el paraíso supiera lo que implica la palabra obediencia, por lo que estableció una única prohibición que consistía en no comer del fruto del árbol del bien y del mal. LECCIÓN 1 EL PECADO COMO CAUSA DE LOS PROBLEMAS DE LA HUMANIDAD Esta era la única prueba de sujeción. Pero, encontramos que el hombre no supo aquilatar la demostración de amor y obediencia impuesta por su Creador e inclinando el oído a la falsa oferta del maligno de "vosotros seréis como dioses" (Gn.3.5) cedió a su vanidad de querer deidificarse y transgredió el imperativo que preceptuaba:
Gn. 2.17: "...mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de el comieres, ciertamente morirás" Nótese que la norma estipula un mandato: "mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás" Y asimismo conlleva su correspondiente sanción: "porque el día que de el comieres, ciertamente morirás". Sin embargo, a pesar de conocer claramente el hombre esta norma y su sanción quebrantó el precepto, por lo que tuvo que verse sujeto al merecido castigo o pena. Según la ley de causalidad "Toda causa produce un efecto, y todo efecto es producto de una causa", o sea que, "no hay causa sin efecto, ni efecto sin causa". En el caso que nos ocupa el efecto o producto del pecado fue la degradación del culpable, derivado en maldad, iniquidad, opresión, lucha, guerras, sufrimiento y como consecuencia nefasta la muerte.
De acuerdo al diccionario de la lengua española: MALDAD: Significa perversidad. INIQUIDAD Injusticia grande. OPRESIÓN: Tiranía e impiedad. LUCHA: Combate cuerpo a cuerpo entre dos o más personas. GUERRA: Lucha armada entre dos o más naciones o dos partidos en pugna todo por conquistar espacio. SUFRIMIENTO: Padecimiento, dolor, pena. MUERTE: La cesación de la vida, la separación del cuerpo y el alma, destrucción, ruina, homicidio, etc. Estos y otros frutos acarreó el hombre sobre tolo debido a su falta de obediencia o quebrantamiento de la ley: Ro. 6.23: "Porque la paga del pecado es muerte" Antes de seguir adelante, Creemos necesario ampliar algunos de los significados o conceptos vertidos anteriormente, para una mejor compresión de los mismos:
INIQUIDAD: Acto de apartarse de la ley, de la justicia y de Dios. En el Antiguo Testamento encontramos que para que el hombre pudiese librarse de tan terrible mal, debía por medio del sacerdote sacrificar un macho cabrío, animal sobre el que recaía toda la culpa. A este acto se le denominaba redención, que también significa liberación. GUERRAS: Estos no son más que las confrontaciones bélicas entre países (guerras mundiales, internacionales, o interestatales) o entre los mismos habitantes de un país (civiles o internas), las cuales pueden darse por muchas causas, pero las más comunes son por diferencias políticas. La realidad es que las guerras se desarrollan por el ancestral pleito del hombre por la conquista de espacio (pleito que incluso se da entre los animales). En una guerra internacional vemos que lo que el ejército agresor trata, es de conquistar el espacio territorial que defiende el ejército propio del territorio agredido. En una guerra civil, la cual se da entre conciudadanos, unos luchan por mantenerse en el poder que los otros detentan. Recordemos que el poder se ejerce en un espacio.
Las guerras ahora son más cruentas que las del pasado, no cabe duda que por lo sofisticado de las armas. En las guerras modernas se destruyen más vidas con menos armas. La razón de ser de las guerras no es más que la megalomanía de los hombres que manejan los destinos de las naciones, es decir, una extrema codicia proyectada en delirio de grandeza. LA TENTACIÓN Todo pecado se inicia con una tentación. Hemos de aclarar que concebimos que la tentación en sí no es pecado, ya que éste se comete al ceder a la tentación, o sea que, aunque de manera sutil, la tentación induce a un resultado dañoso. La tentación, pues, no es más que un impulso repentino que impele a hacer algo negativo, por ejemplo: Si una persona piensa en apropiarse de un bien ajeno, no ha pecado, porque en cualquier momento puede desistir de aquel pensamiento. Alguien dijo: "no podemos evitar que las aves vuelen sobre nuestra cabeza. Pero, sí que hagan nido". Las aves de esta máxima se refieren a nuestros pensamientos. Muchas veces no podemos evitar pensar mal, pero si es posible evitar consumar ese mal, en otras palabras, que esos pensamientos aniden en el cerebro, pongan sus huevos y procreen. Se pueden evitar las maquinaciones que traen como resultado agotar el resultado pecaminoso.
Hagamos un parangón con lo que respecta al delito (en la ley penal), que de acuerdo a la Biblia es sinónimo de pecado: Una persona puede pensar en robar un banco. Para el caso compra una cámara fotográfica, una arma de fuego, una escalera, zapatos tenis, etc. La cámara le servirá para tomar fotografías de distintos ángulos del edificio que ocupa el banco. El agente actor, se percata de qué horas son las de menos afluencia de clientes, que días la gente deposita más dinero, a que horas es el descanso del policía de seguridad, etc. Sin embargo, a pesar de las medidas que ha tomado, entre tanto no cometa el hecho delictuoso, la ley no le puede castigar, -ya que cualquiera puede comprar una cámara fotográfica, una arma de fuego, una escalera, o cualesquiera otros objetos que le crea que se le sean útiles para su propósito. Así es que, en tanto no se consume el hecho no ha delinquido y además puede ser que desista de cometer el acto. Lo mismo consideramos que es cuanto al pecado, se puede pensar en cometerlo, pero si reconoce a tiempo que se está siendo objeto de una tentación malévola y se reprende al maligno, en si no se ha pecado, el mal pensamiento fue erradicado, no se le permitió hacer nido. Se dio la tentación pero fue vencida. Quizá se podría pensar que la tentación fue vencida, pero que de todos modos hay proclabilidad hacia el pecado con el hecho de haber pensado mal. Sin embargo, ¿Quién no es proclive al pecado?
ORIGEN DE LA TENTACIÓN Esta podemos asociarla al origen del pecado. En el caso de Adán y Eva, el diablo utilizó un agente: Una serpiente. (ante su imposibilidad de tomar forma humana). Animal astuto, que se dirigió a Eva. El diablo sabía que la mujer era inexperta por haber sido creada mucho tiempo después que el hombre. La Biblia lo narra con lujo de detalles, dice que el hombre estuvo ocupado por un largo lapso en ponerles nombre a todos los animales y cuando hubo terminado tan ardua labor, se sintió solo, por lo que Dios le hace la compañera idónea, la cual es tomada de su cuerpo. Adán pudo darse cuenta durante su trabajo de ponerle nombre a los animales que ninguno de estos articulaba palabras, sólo sonidos inentelegibles para él, cosa que la mujer ignoraba, por haber sido creada hasta después de esta tarea impuesta a Adán y por eso no se sorprendió cuando la serpiente le habló. Sutilmente el diablo tergiversa la Palabra de Dios introduciendo en Eva una duda triple:
a) Con respecto a la justicia de Dios, "no morirás", b) Con respecto a la bondad de Dios, "el te está negando bendiciones” c) con respecto a su santidad, "Dios te ha prohibido comer de este árbol porque no quiere que seáis como Él. Dios por lo tanto es egoísta". En el diálogo entablado entre este malvado ser y Eva, aquel le dice: "No moriréis", por el contrario, seréis como dioses sabiendo el bien y el mal. La mujer cede a la tentación y convence también a su marido, por lo que más tarde los encontramos bajo una mísera situación pecaminosa. LA CULPABILIDAD Una vez agotado el acto pecaminoso, sus ojos fueron abiertos. En efecto, ahora tienen un nuevo conocimiento. Pero, totalmente diferente al ofrecido por el engañador, ya que en vez de sentirse como dioses poderosos, experimentan miedo por primera vez: Gn. 3.10: Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Experimentaron la honda tristeza de la separación de Dios y por ende una conciencia culpable, perdiendo de lleno el dominio del espíritu sobre la carne. Ante la notoria desnudez se hicieron delantales con hojas de higuera para intentar cubrir su vergüenza. Pero, ¿cómo podrían esconderse de Dios?. El salmista dice:
Salmo 139.7: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Se hicieron merecedores a los juicios preanunciados: 1- EL HOMBRE: Estaría obligado a trabajar bajo penosos y difíciles esfuerzos con resultados magros. (pobre) 2- LA MUJER: Sujeción al hombre y dolores de parto. Pero sobre todo, ambos experimentarían la decadencia paulatina de sus cuerpos hasta sufrir la muerte física, y más doloroso aún, la separación de Dios que conlleva la muerte espiritual. Consideramos de importancia capital mencionar que el Señor, como ser justo, se ve precisado a sancionarle, pero su inmenso amor les prepara el retorno al paraíso, a través de alguien mucho mas poderoso que el que provocó la ruina y les expresa la gran promesa de redención o liberación del hombre, diciéndoles que de la simiente de la mujer nacería quien reivindicaría al hombre: Gn. 3.15: Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
EVALUACIÓN DEL PECADO Al pecado se le ha calificado de varias maneras, nosotros abordaremos una de las más comunes: Existía antiguamente en Grecia, cuna de la cultura de aquel tiempo, una manera de expresarse entre los que practicaban el deporte de "sagitario", es decir, lanzar flechas al blanco, utilizando para el efecto un arco, costumbre que aún se practica en Francia. Cuando el arquero erraba el blanco se decía que pecó, lo que equivale a errar. Al respecto el escritor de la epístola a los hebreos: Heb. 12.2: Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Vemos, pues, que para el cristiano, Cristo es el blanco, y recomienda que pongamos los ojos en Él, en caso contrario se yerra.
Ya dijimos que el hombre fue creado para administrar las cosas creadas en el globo terráqueo. Pero, cuando la mirada de Adán se apartó de su Creador, erró en su objetivo y perdió en gran parte su poderío y sabiduría administrativa y cambió su papel de acreedor por el de deudor, ya que contrae deuda por el pecado. Deuda que inveteradamente ha ido transmitiéndose a todo ser humano a través de las edades y desenfrenando cada vez más. Desenfreno que ha derivado en contumaz transgresión. 1- DESENFRENO El diccionario de nuestra lengua, nos dice que, desenfreno implica entregarse desordenadamente a los vicios y maldades. Esto nos refleja que el hombre no quiere que Dios lo gobierne o que le ponga freno a sus malvados instintos, sino que quiere valerse por sí mismo y buscando el constituirse en su propio juzgador. La Biblia nos dicen en Génesis (11.1-9) que el hombre desde tiempos inmemoriales a querido autoaislarse de Dios y hacer las cosas de acuerdo a su propia voluntad e ignorándolo totalmente a Él:
Según este capítulo, el hombre quiso desafiar al Señor haciéndose una torre lo suficientemente alta para evitar el dispersarse, tal como Dios había ordenado, esta torre les serviría de referencia por si se alejaban de Babilonia, además de refugio por si el Creador decidía enviar otro diluvio. Este edificio les mantendría unidos, pese a la orden de Dios. Jehová entonces les confunde las lenguas, de tal manera que les impide continuar tan monumental trabajo, además se ven obligados a dispersarse por familias, ya que resultaron hablando idiomas diferentes que hacían imposible la comunicación: Lea Genesis 11:1-9 Agregamos, también, que el desenfreno les conduce a crearse dioses ajenos, pretendiendo con ello no sujetarse a ordenanzas del verdadero y único Dios sino a dioses que les permitan entregarse a los deseos de su carne y así vivir una vida disoluta ajustada a su propia "justicia" y en abierta contraposición al Señor. EVALUACIÓN DEL PECADO 2- DESOBEDIENCIA Desobedecer es hacer todo lo contrario a lo que las leyes, superiores o jefes ordenan. Desde el punto de vista bíblico, es toda transgresión a los estatutos divinos:
Heb. 2.2: Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución. La desobediencia trajo consigo la muerte, es decir, que antes de que el hombre violentara la ley divina, su naturaleza era inmortal. En base a esa inmortalidad original del ser humano, la medicina ha querido desarrollar investigaciones tendientes a encontrar un antídoto capaz de erradicar lo que produce la vejez y la muerte. Dichos experimentos han llevado a algunos científicos, hasta a preservar cadáveres de gente pudiente, cuyos familiares o ellos mismos en vida han pagado gruesas sumas para tal procedimiento, con la esperanza de volver a vivir, pero toda investigación al respecto terminará en fracaso porque nadie podrá cambiar las leyes divinas. 3- TRANSGRESIÓN Transgredir es violar un precepto legal. Espiritualmente es sobrepasar los estatutos impuestos por Dios, en otras palabras, saltar la cerca de lo correcto o bien salirse del límite establecido por la ley. Veremos ahora algunos de los resultados del pecado:
A- DEBILIDAD ESPIRITUAL Uno de los resultados en la comisión del pecado es la debilidad espiritual, por el menoscabo de la imagen divina que había en el hombre. El hombre era en los albores de su creación teocéntrico. Giraba totalmente en torno a su Creador. El centro de su existencia era Dios mismo, razón por la que gozaba de muchas prioridades. Pero, al transgredir lo estatuido por Dios, se convirtió en egocéntrico, es decir, centrado en su propio yo. Cambio tan radical le hizo merecer la sanción prefijada. B- CASTIGO La pena que la norma regulaba decía: "El día que de el comieres moriréis". Sin embargo, conocemos ya que, además del peor castigo como es el de la eliminación física, se vio sometido a los juicios descritos en páginas precedentes. El castigo, pues, consistió en la pérdida del favor divino, haciéndose desde entonces todo ser humano acreedor a la condenación eterna. Ante ese rompimiento del hombre con Dios, aquel ha buscado la manera de entablar de nuevo la relación perdida y para ello su mente ha discurrido en tantas formas o religiones que han surgido en el transcurso del tiempo. En el próximo capítulo deslindaremos las más importantes por el número de adeptos en sus filas. Aquí concluimos este capitulo.