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CRE 56 de 83. LOS ÁNGELES, 6. “ No hay arrepentimiento para ellos (los demonios) después de la caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte” ( San Juan Damasceno, la fe ortodoxa 2, 4 ). CCE 395 : “El poder de Satán no es infinito. No
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CRE 56 de 83 LOS ÁNGELES, 6 “No hay arrepentimiento para ellos (los demonios) después de la caída, como no hay arrepentimiento para los hombres después de la muerte” (San Juan Damasceno, la fe ortodoxa 2, 4). CCE 395: “El poder de Satán no es infinito. No es más que una criatura, poderosa por el hecho de ser espíritu puro, pero siempre criatura: no puede impedir la edificación del Reino de Dios”. Su acción “es permitida por la divina providencia que con fuerza y dulzura dirige la historia del hom- bre y del mundo. El que Dios permita la actividad diabólica es un gran misterio, pero ‘nosotros sabe- mos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman’ (Rm 8, 28)” (Idem).
CRE 57 de 83 LOS ÁNGELES, 7 Asistencia de los ángeles en el AT: En el cierre del Paraíso; ayuda a Lot; a Agar; en el sacrificio de Isaac; en el camino del Éxodo, etc.. Asistencia a los profetas (Elías...); anuncio de grandes acontecimientos como las vocaciones de personajes decisivos en la historia de Israel (Gedeón...) o como los nacimientos de jueces (Sansón...), etc..
CRE 58 de 83 LOS ÁNGELES, 8 Asistencia de los ángeles en el NT: San Gabriel: anunciación de Juan Bautista y de Jesús. Intervención de los ángeles en toda la historia de la salvación. En la vida de Cristo: ángeles y los pastores en Belén; en el desierto para preparar su misión pública; en el Huerto de los Olivos, en el anun- cio de la Resurrección de Cristo, etc..
CRE 59 de 83 LOS ÁNGELES, 9 Abundantes citas de los Hechos de los Apóstoles que hacen referencia a la vida de comunión de los primeros cristianos con sus ángeles. Toda la vida de la Iglesia se beneficia de la ayuda misteriosa y po- derosa de los ángeles. CCE 336, sobre los ángeles: “Desde la infancia a la muerte, la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión. ‘Nadie podrá negar que cada fiel tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducir su vida’ (San Basilio, Contra Eunomio 3, 1). Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios”.
CRE 60 de 83 LOS ÁNGELES, 10 Es legítimo el culto de veneración a los ángeles como a los santos. Los Padres de la Iglesia se ven obligados a combatir tanto a los que adoran como a los que desprecian a los ángeles. San Agustín insiste (en De la verdadera religión 55) en que sólo a Dios se debe el culto de latría (adoración), pero dice que los santos y los ángeles pueden ser objeto de un legítimo homenaje. El Concilio II de Nicea (787) definió que “han de exponerse las sagradas y santas imágenes (...) de nuestro Señor (...) Jesucristo, de la Inmacula- da Señora nuestra la santa Madre de Dios, de los preciosos ángeles y de todos los santos y vene- rables”, y que estas imágenes pueden ser lícita- mente veneradas, aunque sin culto de latría.