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FRACTURA DE PELVIS, A PROPÓSITO DE UN CASO Jiménez Buenavista, E; Andújar Rodríguez, L; Moralo García, S; León León, MC; Capel Alemán, A*; Reyes Domínguez, S. Sección de UCI- Pediátrica * Sección de Radiología Intervencionista. Hospital Virgen de la Arrixaca. Murcia .
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FRACTURA DE PELVIS, A PROPÓSITO DE UN CASO Jiménez Buenavista, E; Andújar Rodríguez, L; Moralo García, S; León León, MC; Capel Alemán, A*; Reyes Domínguez, S. Sección de UCI- Pediátrica * Sección de Radiología Intervencionista. Hospital Virgen de la Arrixaca. Murcia Introducción:Las fracturas de pelvis en pacientes pediátricos son poco frecuentes. Suelen estar asociadas a otras lesiones que ponen en riesgo la vida del paciente. • Caso clínico: • Escolar de 7 años que acude a urgencias tras ser atropellada por un remolque sobre la zona lumbosacra. Exploración física: palidez cutáneomucosa, taquicardia, sangrado activo genitourinario e intenso dolor a la movilización de miembros inferiores. Recibe analgesia y expansión con SSF. Tras estabilización inicial se realiza ecografía abdominal y exploración genital bajo anestesia, comprobando la fractura de isquion izquierdo con desgarro vaginal secundario. Se reduce la lesión y se realiza reconstrucción vaginal. • En ecografía abdominal de control se visualiza líquido libre intraperitoneal con hematoma pélvico. Ingresa en Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos por fractura compleja de pelvis, se encuentra conectada a ventilación mecánica, presentando inestabilidad hemodinámica con tendencia a la hipotensión y taquicardia precisando expansiones, transfusión de hemoderivados y soporte vasoactivo. En Tomografía Axial Computerizada (TAC) abdominopélvico: fractura compleja de pelvis con gran hematoma pélvico izquierdo que compromete a la región ilíaca interna izquierda, acompañada de hematoma vaginal izquierdo. No se observa un punto sangrante claro. Ante esta situación se decide realización de arteriografía en la que se detecta sangrado de dos ramas subsidiarias de la arteria glútea superior, procediéndose a su embolización. A las 24 horas vuelve a presentar inestabilidad hemodinámica y anemización, ante la sospecha de resangrado se realiza nuevo TAC con contraste que no muestra cambios respecto al anterior. Se realiza 2ªarteriografía en la que se evidencia sangrado de la arteria vesical y de la arteria obturatriz, que son embolizadas. A las 72 horas de su ingreso se estabiliza la fractura de pelvis con fijador externo, mejorando hemodinámicamente y permitiendo la retirada progresiva de drogas vasoactivas y soporte respiratorio, con buena evolución posterior. Conclusiones: El manejo de los traumatismos de pelvis, dada su complejidad, requiere la participación de un equipo multidisciplinario. Las nuevas técnicas de radiología intervencionista pueden ser un tratamiento eficaz para las lesiones vasculares asociadas evitando manejo quirúrgico más agresivo. La fijación de la pelvis en este tipo de fracturas, es fundamental para el control de la hemorragia. Es importante la educación en seguridad vial para la prevención de atropellos en los pacientes pediátricos.