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EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA GESTIÓN DE RIESGO. Alcaldía Municipal de Santa Tecla Enero 2009. El Salvador, un país de riesgos. Dadas sus características geográficas, nuestro País es de alto riesgo.
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EL PAPEL DE LAS MUJERES EN LA GESTIÓN DE RIESGO Alcaldía Municipal de Santa Tecla Enero 2009
El Salvador, un país de riesgos Dadas sus características geográficas, nuestro País es de alto riesgo. Los desastres afectan a todos y todas pero su impacto depende, en gran medida, del grado de exposición y vulnerabilidad de las personas y comunidades. Todos y todas estamos igual de expuestos, pero no somos igual de vulnerables.
La vulnerabilidad depende de las diferencias entre personas y grupos sociales. Entre esas diferencias se encuentran las de género. Las personas están en situación de desigualdad respecto al riesgo de desastres.
Las desigualdades sociales tienen serias repercusiones en la vida de las mujeres, limitan su acceso a la propiedad de la tierra, la vivienda, la educación, la salud, la información y la participación política. Estas desigualdades de género incrementan la situación de riesgo de las mujeres con respecto a la de los hombres en una comunidad.
Los desastres exponen y sacan a la luz las inequidades existentes en una sociedad Los géneros hemos sido construidos socialmente, asignando cultural e históricamente a las mujeres y hombres en virtud de su sexo biológico, una relación inequitativa entre ambos. La perspectiva de equidad de género se basa en principios de igualdad, justicia y derechos humanos que eliminen toda situación de discriminación contra las mujeres con respecto a la situación de los hombres.
¿Qué son los desastres? Los fenómenos naturales impactan pero se convierten en desastres si la vulnerabilidad de los países es grande, y sus efectos en la población dependerán de las relaciones de poder entre los géneros, edad y clase social.
Vulnerabilidad:significa debilidad o poca fortaleza. Se debe a diversos factores: ecológicos, económicos, sociales, políticos, educativos, organizativos. Las mujeres somos un grupo vulnerable debido a las relaciones de poder que se dan entre nosotras y los hombres.
¿Qué es la gestión de riesgos? “Es la capacidad de la sociedad y de sus actores sociales de transformar sus condiciones de riesgo, con el fin de evitar o disminuir el impacto de futuros desastres, sus consecuencias sociales, ambientales, económicas”, lo que se concretará en un conjunto de acciones planificadas cuyo fin sea el de disminuir y enfrentar adecuadamente los riesgos.
El papel de las mujeres En el marco de las situaciones de desastres se continúa repitiendo la división sexual del trabajo. Aquí las mujeres, como en los casos de la tormenta Mitch (1998) y el uracan Stan (2005), ellas se encargaron de montar las cocinas en los refugios, lavar la ropa, cuidar del grupo familiar, dar apoyo emocional, mantener las relaciones familiares, cuidar a los enfermos, entre otras.
Los hogares encabezados por mujeres son los que se ven mayormente afectados por los desastres. Todas y todos recordamos el lamentable impacto causado por la tormenta tropical Mitch en el año 98 y el huracán Stan en 2005 donde nuestro territorio fue impactado junto a otras naciones como México.
“La casa de Iginia Cruz solo ha servido para llamar la atención de las cámaras. Esa casa se está desbarrancando, pero nadie absolutamente nadie ha querido echarse ese peso encima. Una decena de raíces está sirviendo de sostén para que sus cuatro paredes no vayan a parar al Acelhuate. Iginia tiene 63 años los mismos que tiene de vida de residir en la finca San Agustín, a la par de la comunidad El Coro, en la zona de La Chacra, San Salvador. Las lluvias de los últimos días han despertado sus miedos. Esos miedos que surgen en cada estación lluviosa. “Stan fue el que vino a empeorar todo. Ahora tenemos que permanecer todos los días con el miedo a que la casa se deslave o se hunda”, cuenta la mujer.”
El papel de las mujeres Frente a la gestión de riesgos el papel de las mujeres debe trascender de los roles tradicionales asignados por la cultura.
El papel de las mujeres Es importante reconocer y potenciar otro tipo de actividades en las cuales las mujeres estamos involucradas: Su capacidad organizativa y de liderazgo ante las situaciones de emergencia, tanto a nivel familiar como comunitario. El aporte de la identificación de las necesidades prácticas e intereses estratégicos de las mujeres en la elaboración de los diagnósticos comunitarios.
El papel de las mujeres Su participación activa en la toma de decisiones, elaboración de censos, establecimiento de relaciones con instituciones y organizaciones de apoyo. Su creatividad y solidaridad estimulando y promoviendo la participación de la comunidad.
En este sentido, la gestión de riesgo debe analizarse desde una perspectiva de género: Cuando se educa en prevención, hay que prestar atención preferente a las niñas para que no queden excluidas, e integrar a las mujeres en los comités locales de manejo de riesgos; cuando se construye y planea, hay que tener en consideración las especificidades de los hogares donde la jefa de familia es una mujer
cuando se entra en el ciclo del desastre, la ayuda humanitaria, la atención sanitaria, el diseño de albergues y campamentos han de implementarse con criterios de equidad de género; y cuando se reconstruye hay de nuevo que aplicar los mismos principios rectores para no perpetuar la vulnerabilidad.
Registrar información y elaborar estadísticas en forma desagregada por sexo, edad y diversidad social existente para poder atender grupos focalizados Las estadísticas o reportes neutrales invisibilizan la situación de grupos específicos que pueden ser más vulnerables a riesgos de desastres
Al integrar el enfoque de equidad de género en la gestión del riesgo de desastres, se debe informar adecuadamente sobre los fenómenos naturales e identificar las situaciones de desigualdad con que viven el riesgo las mujeres y los hombres, y diseñar propuestas efectivas para controlarlo y reducirlo.
De nosotras depende que ser mujer no implique en el futuro padecer mayores sufrimientos. Dicho al revés, los actuales desastres podrían quedarse en meros riesgos, o su impacto mitigarse considerablemente, si los manejamos con equidad, con decisión y con solidaridad.
La prevención y la gestión de riesgos está en nuestras manos.